Número bilingüe : A cien años de la publicación de "El yo y el ello", nuevas lecturas
Noviembre 2023 - ISSN 2796-9576
Intersecciones

Intersecciones con la teoría de los sueños - Acerca de los sueños de angustia

Liliana Denicola
Liliana Denicola

En esta época donde los pacientes se lamentan frecuentemente de padecer insomnio, de no poder conciliar el sueño y que se generan individuos-masa letárgicos, tomados por pantallas donde se reproducen imágenes carentes de significado, reconsiderar el tema de los sueños constituye una oportunidad para establecer nuevas coordenadas que resalten puntos de la teoría psicoanalítica que enriquezcan la práctica.

El psicoanálisis, inconcluso en sus conceptos, sin definiciones últimas que lo transformen en un sistema de creencias, provee a través del análisis de los sueños un enriquecimiento. Es que, siendo producciones del inconsciente, nutren y se nutren de la teoría de las neurosis como así también de la riqueza de mitos y religiones.  

El deseo de dormir, de retirar el investimento de la realidad, en ocasiones acuciante, es común y se vuelve metáfora del anhelo de beatitud. Viene a nosotros el soliloquio de Hamlet (3 acto) escena donde quedan como equivalentes morir y dormir: “Morir, dormir ¿dormir?  tal vez soñar”. Recordemos el frecuente miedo a morir durante el sueño.

El acto de soñar hace al dormir un vivir que lo diferencia del morir. Sin embargo, estas referencias a la muerte lo acercan a ella y serán producidas, a causa de su anhelo, por la fantasía de entrada en un mundo sin deseos insatisfechos.

Freud considera el sueño como un acto psíquico de pleno derecho, con lo que afirma que algo se realiza durante el mismo sin que lo sepa el soñante.

El deseo de dormir que desde el preconsciente dirige la producción del sueño, vigilada por la conciencia moral, responde al deseo inconsciente siempre insistente, por lograr la gratificación. La mayor permeabilidad de las barreras exige un trabajo, el trabajo del sueño (traumarbeit), por elegir la figurabilidad, elegir un decir aceptable a la conciencia. Y es entonces cuando se activa la producción de un sueño. En ocasiones este decir novedoso implica un efecto de modificación en el sujeto que sueña.

¿Qué ha ocurrido durante el dormir? El sueño que recordamos y que pensamos que se produjo durante la noche no es el único, se necesitarán pues varios trabajos durante la noche para finalmente poder enunciarlo. Trabajos, elaboraciones del psiquismo que permitan someterlo al principio de placer. El primer sueño logrado se realiza sobre un terreno traumático, es decir el yo del durmiente se enfrenta a contenidos que producirán efecto traumático, en consecuencia, la pesadilla nos evidencia en su interrupción del dormir, los contenidos traumáticos movilizados que no lograron llegar a plasmarse en un sueño comunicable. Nominamos contenidos traumáticos a la irrupción de lo real que “sorprende” en su crudeza al confiado sujeto que pretende conciliar el sueño, contenidos que no han pasado por el tamiz del principio de displacer –placer. De acuerdo a esta postulación, todas las noches el deseo de dormir se ve enfrentado a un trauma, inesperado como todo trauma, para el cual desplegará la instancia yoica los recursos simbólicos que posea.

De esta manera una serie de intentos de elaboración ocupará el tiempo dedicado al dormir con el fin de cumplimentar, precisamente, el deseo de dormir. Si se logra este deseo consciente no conoceremos a ese primer sueño de la noche con ribetes de pesadilla. Pero si esto no ocurre se presenta lo que denominamos pesadilla.

Observamos que las más de las veces el sueño es perturbado, no logrando entonces una continuidad resolutiva.

Sueños que dan a ver el trabajo secundario (sekundären Bearbeitung). La elaboración que se realiza durante el dormir

A continuación, abordaremos sueños paradigmáticos que “dan a ver” el trabajo que se despliega durante el dormir para posibilitar continuar durmiendo.

Sueños paradigmáticos

Existen sueños, entre la abundante enumeración que Freud realiza, que nos dan a conocer el trabajo que el psiquismo produce durante el dormir. Tomaré tres de ellos, primeramente, el denominado sueño de Irma que hallamos en la Interpretación de los sueños (p 128). A continuación, el “sueño artificial”, de ficción, que hallamos en la Gradiva de Jensen, obra literaria que atrae la atención de Freud (p46). y por último el sueño del Hombre de los lobos (p29), relatado por un paciente de Freud.

Los tres poseen la característica de ser sueños de angustia con una resolución que permite al durmiente continuar durmiendo. La angustia si bien presente, no perturba el deseo de dormir y escenificar a través de un texto resuelto en imágenes el deseo inconsciente que encontró compuertas semiabiertas para su expansión escénica.

Gradiva

En Gradiva el sueño de Hanold, personaje central en la novela de Jensen, parte de un sentimiento de añoranza que se estremece durante la noche. Como consecuencia este afecto, moviliza el recuerdo de la amada, lo que es desautorizado debido a la resistencia a todo aquello que lo acercase al erotismo. Mudado en angustia esta se instila en el contenido del sueño con imágenes terroríficas tomadas de los recuerdos. Por lo que el contenido inconsciente genuino es la enamorada añoranza por Zoe-Gradiva (representante de un objeto primordial) y es entonces cuando aparece   en relación a ella, la amada, la idea de su muerte en el escenario del terremoto que sepulta la ciudad de Pompeya. El recurso de distanciar la amada en el tiempo (un hecho del pasado remoto) y geográficamente del lugar donde transcurría la vida del durmiente, le permitió solventar la angustia y elaborar el sueño de la noche.

La creencia en la realidad del sueño dura un largo tiempo hasta que pueda el sujeto desprenderse del mismo. Esta persistencia en un sentimiento de realidad   no constituye un espejismo del sueño provocado por la vivacidad de las imágenes, sino que es un acto psíquico per se, un aseguramiento respecto al contenido del sueño de que algo en él es realidad tal como se lo soñó. Diremos que algo del orden de la significación se realiza sin que lo sepa el durmiente.

La inyección de Irma

Consideremos como segundo sueño el denominado sueño de la inyección de Irma, sueño perteneciente a Freud que va a producir en él un develamiento, por lo cual se lo considera un sueño inaugural del psicoanálisis.

El sueño logra expresar en la química de las sílabas tanto el secreto de los sueños como el secreto del psicoanálisis. Freud se anticipa de esta manera a los desarrollos de la lingüística y en esta química de la palabra metaforiza los trabajos de figuración del inconsciente. En la combinación de las sílabas de las palabras en la serie química que alude el sueño comienza con la cocaína, metáfora de la primera solución. La Trimetilamina lo remite a Fliess, palabra que contiene el producto de descomposición del esperma.

El secreto del sueño se halla en los avatares de la sexualidad vinculada fundamentalmente a la interrogación por la demanda femenina. Explorando la garganta de Irma, su paciente, (así figurada su curiosidad de investigador) se topará con el misterio de la angustia de castración. Logra entonces un paso adelante de las elaboraciones provenientes del intercambio con su amigo Fliess y sus afirmaciones acerca de la relación de la nariz y los órganos sexuales femeninos. En los sueños se le devela la fórmula del psicoanálisis, y también el psicoanálisis como solución para su paciente. Por el trabajo del sueño Freud logra un nuevo conocimiento en la equivocidad de la palabra y en este nuevo decir se produce una modificación del sujeto que duerme. El deseo de dormir se encuentra resguardado en cuanto el deseo inconsciente logra una representación.

Al sueño de la inyección de Irma se lo considera un sueño de auto referencia donde el relato nos conduce al acto de estar soñando sobre el enigma de los sueños, en ese sentido este sueño se lo ha considerado performativo pues aúna en el acto que realiza lo que enuncia. Es una significación que se realiza en el mismo acto de enunciación del sueño: Este sueño es un sueño sobre el sueño, es un sueño inaugural que inaugura un saber sobre el sueño. Aporta a Freud un nuevo conocimiento.

 El Hombre de los lobos

En el sueño del Hombre de los lobos se activa la escena primordial con el mismo efecto que fuera una vivencia reciente, es decir que la escena produce efectos a posteriori consistiendo en la irrupción de la escena primordial en la conciencia nocturna.

Los lobos donde estos muestran algo del orden de la castración con sus largas colas, con la mirada fija, remiten a la propia contemplación del niño de los activos movimientos de la pareja en cópula. El trauma logra una significación que permite seguir durmiendo y una modificación de la experiencia traumática, por lo tanto, una alteración en el psiquismo del sujeto. La pulsión de ver logra un tope en la mirada de los lobos que se dan a ver y la mirada no cae entonces, en un inquietante infinito. Se acerca el soñante al registro simbólico con lo que podríamos denominar un sello significante del acontecimiento traumático.

 La escena es activada cuando surge el deseo de establecer una relación simbólica con el padre, mediatizada por la expectativa de recibir un doble regalo el día de su cumpleaños. Esto se juega en una reflexión narcisista donde es él y es el otro. Es un espejo donde va a verse a sí mismo mirando. En el plano del Yo elige la posición activa mientras que conserva la posición femenina inconsciente. La escena genera una impronta que no fue integrada al sistema verbalizado, alcanza la significación sólo cuando el Hombre de los lobos avanza desde lo imaginario hacia un mundo simbólico. La represión Freud la ubica, partiendo del momento inicial, recién a la edad de 4 años.

El sueño en Gradiva, corresponde a una obra de ficción, pero es ejemplar en cuanto coincide con los descubrimientos que logramos a través del análisis de los sueños de nuestros analizantes, me refiero al trabajo que el psiquismo realiza del cual el sueño es un producto. Muestra un saber de la actividad inconsciente por parte del autor de la obra, como, por ejemplo, el personaje vive en un sueño, reproducción de tantas situaciones de los neuróticos, un dormir durante la vigilia que se hace insomnio durante la noche cuando se requiere un dormir reparador. La paradoja es que despertamos cuando dormimos y dormimos cuando estamos despiertos.

Hallamos en Gradiva la referencia al sepultamiento de Pompeya metáfora con la que Freud da cuenta en sus desarrollos teóricos de un procedimiento del psiquismo que acompaña la represión del complejo. Se refiere con ello a la suerte que corren ciertos contenidos más allá del correspondiente al complejo, el sepultamiento. Trata el sepultamiento como destino del núcleo trágico del complejo y punto de acercamiento a lo ominoso. Un inefable desasosiego sobrexcitado impulsa a Harold viajar. El sueño mismo había sido un intento de respuesta por el paradero de Gradiva. La comunicación del sueño: Ella vive en el presente y en la misma ciudad que tu” recibiría una confirmación irrefutable ante la cual su renuencia interna se habría quebrantado, su resistencia al erotismo activa el consiguiente impulso de huida de la amada corpórea y presente.

La desautorización del erotismo se expresa en el rechazo a las parejas que encuentra en el viaje. El escritor conduce al personaje reiteradamente a la escena primaria por lo que podemos entonces construir la hipótesis que el pie condición erótica de Gradiva, haya sido la última imagen que resta de la escena primordial contemplada. En esto encontramos puntos de concordancia con el sueño del Hombre de los lobos.

Esta formación onírica pareciera contraria a la teoría del deseo y es aquí donde debemos diferenciar la angustia señal proveniente de la represión, de lo que Freud denomina la angustia automática, que generaría este tipo de formación como desmentida de la añoranza por el objeto. Su presentación como muerta desplomada por la catástrofe de Pompeya (con afectos provenientes de la vertiente negativa del Complejo de Edipo) nos remite a la amada muerta (muerta para el deseo) que hallamos frecuentemente en la neurosis obsesiva como condición erótica. En el caso descripto la condición erótica se halla en el peculiar caminar de Gradiva, en su pie, que se presenta tras una gélida escultura.

Observemos que los tres sueños a los que hago referencia, se construyen sobre un grano de sexualidad donde lo femenino constituye aquel interrogante freudiano que lo desvela acerca de lo qué quiere una mujer.

Desde la activa exploración freudiana de la garganta de Irma, llevado por su interrogante acerca de la mujer, agregamos  la condición de amor de Gradiva (el original paso de la mujer de la escultura que atrae la mirada de Hanold ) y por último la contemplación de la escena primaria en el Hombre de los lobos que expone y oculta, presenta y ausenta el falo que desaparece tras la fijeza de la mirada y la inmovilidad de los lobos en el texto conocido, con lo que inferimos  en estos sueños el punto de surgimiento de la angustia que pudo hacer vacilar el dormir (notemos la importancia de la pulsión de ver).  Podemos decir que la angustia se halla siempre en los sueños por efecto de que lo ominoso (lo real) puede ser tocado en más o en menos. Afirmamos entonces que todo sueño se erige sobre un terreno traumático y el resultado dependerá de que pueda ser cercado, contorneado el punto no conocido, el ombligo del sueño.

El deseo de dormir que desde el preconsciente dirige la producción del sueño vigilada por la conciencia moral, como ya dijimos responde al deseo inconsciente siempre insistente por lograr la gratificación. La mayor permeabilidad de las barreras instaladas por la represión, exigen un trabajo, trabajo del sueño por elegir figurabilidad, elegir un decir aceptable a la conciencia. Y entonces es activada la producción de un sueño. En ocasiones este decir novedoso implica un efecto de modificación en el sujeto que sueña.

Viñeta clínica

El despertar de la noche se produce con la aparición de la angustia que es la que lleva a este despertar. Un despertar que en ocasiones denominamos pesadilla, cuando los ojos se abren y ya difícilmente volvemos a dormir. Podemos considerar a ciertos episodios de apnea como ataques de angustia donde el terror se adueña del sujeto y queda en un entresueño. El acto de producción del sueño se ha visto afectado. Un ejemplo me lo proporciona una analizante quien es despertada por el hijo con un “Mamá te estás muriendo”. Luego del episodio de apnea la madre reanuda el sueño (acotemos que disminuye su dificultad para respirar) con un sueño de angustia cuyo contenido alude a un episodio en el cual el joven estaba a punto de ahogarse en el mar. El ahogo de la madre remite a un lazo madre e hijo que culmina en la muerte. Este episodio amerita diversas interpretaciones, fundamentalmente que la pesadilla del incesto conduce a la muerte.

Los sueños de angustia pueden dar signos de su existencia en la noche por afectos de dolor y tristeza en las horas siguientes al despertar. También dan cuenta del intento frustro de actos psíquicos como por ejemplo un duelo interrumpido.

Queda claro que la angustia no proviene del contenido del sueño. La angustia es terreno propio del sueño y surge de acercarse a lo ominoso, donde permanece, ya que lo preconsciente no alcanza para cubrir con representaciones y elevar al registro simbólico lo movilizado durante la noche. El despertar aparece como la única solución si no se ha podido elaborar un sueño que permita cumplir el deseo preconsciente de dormir.

Una palabra, trimetilamina en el sueño de la inyección de Irma, produce en Freud un nuevo conocimiento. El sueño del Hombre de los lobos logra acuñar una marca que da significación al trauma y en el sueño artificial de Gradiva una oración creada en la ficción genera una decisión con el despertar del soñante. Se ha producido en estos sueños un movimiento que genera un decir que pertenece al orden de un acto psíquico y que supone una modificación del sujeto.

                                                        

Bibliografía

Freud, S - (1900) La interpretación de los sueños. Vol. IV y V OC Ed. Amorrortu

              - (1907) El delirio y los sueños en la Gradiva de W. Jensen. OC Vol. VIII. Ed. Amorrortu

              - (1918) De la historia de una neurosis infantil. OC Vol. XVII Ed. Amorrortu

              -(1920)   Más allá del principio del placer. OC. Vol. XVIII.   Ed. Amorrortu

              - (1923) El Yo y el ello.  OC Vol.XIX.  Ed. Amorrortu

 

Autora:

Liliana Denicola, APA

Descriptores: SUEÑO / DORMIR / PSICOANALISIS DE LOS SUEÑOS / ANGUSTIA / TRAUMA

Directora: Mirta Goldstein de Vainstoc
Secretario: Jorge Catelli
Colaboradores: Claudia Amburgo, José Fischbein, María Amado de Zaffore

ISSN: 2796-9576

Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis  de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Presidenta: Dra. María Gabriela Goldstein
Vice-Presidente: Dr. Carlos Federico Weisse
Secretario: Dr. Adolfo Benjamín
Secretaria Científica: Lic. Cristina Rosas Salas
Tesorero: Lic. Mario Cóccaro
Vocales: Dra. Leonor Marta Valenti de Greif, Psic. Patricia Latosinski, Lic. Susana Stella Gorris.