Del psicoanálisis, o de cualquier otra disciplina, siempre queda cierto misterio acerca de su efecto. Hay un dador y un receptor, y de ambos depende que algo funcione, no siempre el foco está en la maestría del oficiante, muchas veces actúa la fuerza de lo shamánico, y otras aparece la resistencia a la cura en las reacciones terapéuticas negativas. Pero lo que se presenta como dato casi incuestionable es que lo que cura…lo que sana…lo que ayuda…es procesar la desmesura, valorar el matiz…del gozo al placer, de la tragedia al drama… La enfermedad tiene que ver con la exageración de algo que se escapa de los canones funcionales sanos… Y eso vale para lo corporal o lo anímico.
Por eso las consideraciones de aquello que resulta eficiente, conveniente, adecuado, va a cambiar según el contexto en que el tratamiento transcurra. En el final de un determinado análisis tuvo un efecto notable un regalo del analista. Ese “acto”, considerado desde el dogma una transgresión notable, pudo procesarse en entrevistas y encuentros posteriores, pudiendo dar cuenta el analista ¡que no supo porque se le ocurrió hacerlo! Sin embargo, sintetizaba una autorización que la paciente buscaba de su padre, tuvo que ver con lo trasmitido durante años de análisis, y por lo tanto una eficacia notable. ¿Enactment?
¿Y cuántas veces los prejuicios dejarán afuera la ayuda necesaria para que alguien mejore su existencia, o aplaque un sufrimiento? (El juicio es refutable, el prejuicio no, es la base de la resistencia al cambio) La penicilina era usada por los indios (según Foulault (1)) muchos años antes de su uso medicinal en “occidente”, ¿habrán imaginado algo racial en la cura de las infecciones para demorar tanto su investigación? Recién se aplicará a los soldados al final de la segunda guerra mundial, y posiblemente la adrenalina todavía actuando en sus cuerpos ocultó las reacciones alérgicas luego descubiertas. Me gusta imaginarme un brujo con máscara, danzando alrededor de un enfermo, y dándole un brebaje… donde confluían lo shamánico, la penicilina ¡y talvez algún corticoide! Por eso supongo que, si hay tantas articulaciones de las variables conocidas, posiblemente actúan muchas más desconocidas que requieren de nuestra humildad para seguir investigando, y no desechar lo ofrecido sin interrogarlo… como aconseja Freud con los demonios…
La ideología de los afectos
Somos seres de discurso. Nuestra orientación en el mundo es cultural, el pequeño al caer mira a la madre, y capta la seriedad de lo ocurrido por su expresión (lenguaje a veces desestimado), y escucha su explicación para “saber” sobre lo que pasa en su cuerpo. Ese diálogo, afectivo/discursivo, lo irá guiando. Se le enseñará qué es lindo o feo, bueno o malo… y Phillip Roth ironizará en El lamento de Portnoy, haciéndole preguntar a un niño: “Madre, ¿la nieve es judía?” Si todo tiene una pertenencia cultural…
Hay juicios sobre desde el momento mismo de nacer que podrán ponerse en paréntesis interrogatorio (epojé fenomenológica) o se asumirán como certezas irrefutables. Un médico británico en Sudáfrica no se explicaba por qué las mujeres no sufrían los mismos dolores de parto que en Londres, y por qué no están desnutridas con una dieta tan diferente…Y una le pregunta preocupada: “¿Me tiene que doler más?”, tratando de adaptarse a la cultura “ama”(2).
Y aquello que parece tan neutro, tan “objetivo”, como el sentir…está impregnado de cultura. En El niño de Aveyron (3) , Itard descubre que un niño rescatado de los bosques mete la mano en agua hirviendo ¡y no le duele! Nunca logra concluir si el niño tendría un retraso y había sido abandonado, o la falta de estímulos educativos le habían atrofiado su capacidad de aprender…
Nacer inmerso en un lenguaje implica absorber ideales, mandatos, juicios y prejuicios… Los que hemos sido educados en el catolicismo, aunque sea tangencialmente, se nos convoca a tener “buenos sentimientos”. De una manera absurda se pone la inhibición en el sentir y no en el actuar. El dicho platónico que aquello que diferencia a un ser bueno de uno malo es que el bueno se contenta con soñar lo que el malo realiza, es reivindicado desde la ética psicoanalítica cuando busca levantar la represión impuesta al psiquismo para poder operar sobre los deseos bloqueados…asumiendo el origen humano en el perverso polimorfo, en Brecht “todo lo humano nos concierne”, y la esperanza de transformar la represión en juicio de condena para poder usar la energía capturada de un modo elaborativo.
Los mandamientos, “honrarás a tus padres” y otros, al ponerlos en circunstancia, implican análisis, levantar la prohibición de hablar, como el bloqueo instalado cuando hay que denunciar un abuso. O “no matarás” cuando la guerra decide no respetarlo por razones no claras…Y cada uno requiere la ubicación en circunstancias que implican lógicas y éticas.
Lo mismo con los pecados capitales. La envidia lleva a resultados tan distintos como la destrucción de la fuente o la admiración que configura un modelo(4). Si es mala, pecado, sentirla debiera avergonzar, no permite su elaboración ni procesamiento, cuando la misma tendencia, Freud nos enseña, puede llevar al asesinato, a carnear un animal… o a una práctica quirúrgica.
El psicoanálisis, en el tratamiento de niños y adultos, implica reconocer a la pulsión recorriendo horizontes identificatorios, apropiándose de modelos que articulen los ideales con los deseos, buscando negociaciones legales que permitan armonía y satisfacción a un sujeto cuya complejidad le dificulta encontrar una vida agradable. Sabemos de la tortura que muchas veces acompaña al sujeto que nos consulta, porque hemos transitado ese camino, y sabemos de su dificultad.
Melanie Klein decía que se crece desde la posición depresiva, y no hay proceso evolutivo sin duelo. La pérdida lo implica, y se puede extrañar la enfermedad, o el cautiverio, porque lo nuevo angustia. Y todos venimos del desvalimiento infantil, y en su resolución intervinieron múltiples variables psico-sociales, y también histórico-ambientales. Leí que Picasso expresó que la angustia es tremenda ante la tela en blanco, porque implica infinitas posibilidades, después del primer trazo estas se acotan…, esto reivindicaría como positivo el poder sostenerla, y vemos fracasos dolorosos en situaciones donde no se pudo…
Miedos, enojos, tristezas…ansiedades, angustias…aburrimiento, desfilan cotideanamente en el consultorio buscando ligadura en algún rescate que dará la narrativa, la novela, respetando placeres y gozos como diferentes, y peleando contra la propia concepción de qué sería “saludable” que ocurriera. El masoquismo erógeno, o femenino (ya lo ideológico se perfila en cómo lo llamemos) en la abnegación de la madre Teresa de Calcuta, sería absurdo catalogarlo como patológico, ya que el beneficio para tantos, y quiero creer en la satisfacción que ella extrajo de sus acciones, es un modelo ético con el semejante, y de ello se trata la ética social y analítica.
Mi fin de análisis lo marcó un trabajo sobre el amor (5) , y le agradezco a una colega amiga, Nxxx, que una día me señaló que no había podido querer lo suficiente a un paciente para ayudarlo. Talvez en las dos eso actuaba como mandato cultural, ¡hay que querer!, pero por suerte también disparó pensamiento sobre qué es lo que no se acepta en el otro como espejo de las propias dificultades. Cerrar los ojos (6) a la necedad, la maldad, la perversidad, es no explorar de donde venimos, de ese perverso polimorfo, y nos deja vulnerables a la actuación. Creo que es mejor mantener los ojos abiertos , para porder operar sobre aquello que es mortífero o mortificante. El amor es un privilegio que al sentirlo ayuda a la tolerancia y al sostén, pero no hay voluntarismo que lo logre, nada es “natural”(7) , también requiere trabajo, o aprendizaje, y las condiciones adecuadas.
Complejidad de los caminos
El caleidoscopio es mi figura favorita. Un paciente me regaló uno hace tiempo y siempre está en mi escritorio. Como los anillados de Lacan, todos tenemos imágenes que sintetizan concepciones… si nos damos la libertad de pensarlo. Mi caleidoscopio fue gestado a partir de la complejidad crucigramática expresada por Pacho O´Donnell y el espiral dialéctico de Pichón Riviere. También la encrucijada de Edipo, y luego su sabiduría en Colono… creer, construir seguridades, y saber que la sorpresa aparece en cada instante, para deleitarnos, aburrirnos, asustarnos…o la amalgama que cambia todo.
Y de alli se despliegan distintas vías en la clínica: que el terapeuta no encuentre, que el paciente no acepte, que el terapeuta opere con buenos resultados y alguno de los dos involucrados no lo registre, (por ejemplo, que el analista piense que el paciente mejoró y éste no lo vea así), que el paciente esté encantado y el terapeuta no entienda por qué, o que el paciente esté insatisfecho y lo adjudique al terapeuta…y muchos entrecruzamientos más.
Y el que diga que no tiene o forma preconceptos… ¡simplemente no se puso suficientemente en juego! Ante la paciente obesa y quejosa deseamos que adelgace y empiece a gozar de su vida…y aunque no se haga consciente el pensamiento, deseos de “éxito” acomodado a los modelos sociales imperantes actúan. O las circunstancias propias contradicen lo que creemos sostener teóricamente…La paradoja, la aporía, son nuestros acompañantes permanentes.
Norma es una madre judía, orgullosa de su dedicación a sufrir…Critica a sus amigas que no se sacrifican lo debido por la familia… Pero habla del maltrato de su marido, la desatención de sus hijos… provocado a veces por sus presiones e intrusiones. Ejemplo: su hijo se está por casar y ella comienza a “alertarlo” que los buenos sitios de festejo son difíciles de conseguir, que se tiene que apurar, ¿quiere que ella se ocupe? Pregunta cuánto va a pagar la familia de la novia, de familia católica, y habla de “ellos” …el hijo se fastidia y le dice que no se meta, que ellos (que ya viven juntos hace años) van a ocuparse de todo, que ella se considere simplemente una invitada y no se preocupe. Algo que a otra madre la hubiera aliviado, a ella la ofende, se siente excluida, marginada. Sacarla esa monoversión, donde no puede “verse” desde la mirada y las necesidades del otro, y darse cuenta que algo que considera abnegación puede molestar… fracasa en la primera tentativa. Se prueba espejarla, mostrándole un “personaje” que la refleje en lo contrariante para el otro…tampoco. Y al no haber registro de lo que provoca no se pueden buscar raíces infantiles ni convocar la escena transferencial…Disociar la verdad de las razones, el afecto como valor para el vínculo, ante lo cual la razón retrocede, y la verdad se cuestiona…es difícil. Sin embargo, aunque el terapeuta siente que es un fracaso total su trabajo, la paciente no abandona, y se siente comprendida y apoyada… Y poco a poco, con gran sorpresa, empieza a separar “sus” deseos de los mandatos y juicios que supone en los demás… y vienen de la proyección de su superyó en ellos…
Tadeo es músico. Tiene una disritmia y problemas discontinuos con su motricidad que le provocan gran ansiedad. La analista utiliza el saber sobre armonía, sintonía y complejidad musical para lograr desenquistar el síntoma. “Compitiendo” (transferencialmente) con tratamientos alopáticos de prestigio notable, se desliza y el síntoma también, hacia aguas más tranquilas. Siente que el paciente no valora demasiado su trabajo, pero se da cuenta que los otros tratamientos pasan y el de ella continúa… ¿Por qué esa sensación?, ¿Y hasta dónde lo propio, como necesidad de reconocimiento puede enturbiar su mirada y ayuda?
Y así podríamos transitar distintas relaciones transferenciales, donde el trabajo recorre caminos no claros, encontrándose a veces con la reacción terapéutica negativa en que el paciente no progresa y asusta su entrega a lo mortífero…hace fracasar a médicos, profesionales de otras áreas…y se desliza ¿gozosamente? horroriza el término… ¿pero no marchaban así, gozosamente, los mártires al encuentro de los leones del circo en Roma?
Clara es psicóloga, pero no ha recorrido espacios analíticos comprometidos. Se le diagnostica cáncer de mama, consulta, pero su postura es despreciativa hacia los profesionales, parecen todos medio bobos para ella a pesar de su prestigio, y su propio diagnóstico es derrotista: “igual que mi madre y mi suegra, esto ya sé dónde termina”…Después de la primera operación tiene un accidente con varias quebraduras que la dejan con problemas motrices, y cuando está mejorando aparece otro cáncer, de pulmón… Quimio, mejora, ¡otro accidente!, fractura de tobillo cuando iba a hacer un viaje al mar… Metástasis…, deja la consulta psicológica, se desliza durante varios años donde es notable la alternancia entre cáncer y accidentes…pero sin poder darle otra narrativa que no hay ayuda posible, todos son ineficaces… impotentizados de antemano por ella.
La indicación sobre el amor de Nxxx es importante, porque entre las variables que inciden en la cura, incuestionablemente, está la enigmática posibilidad de empatía, porque ¿hay alguna fórmula? Desde allí se puede reducir el sufrimiento que provocan las sucesivas amenazas de castración, desde la proyección en la realidad construida, los otros, y los propios miedos e inseguridades…
Por un lado, nos planteamos fortalecer las defensas del Yo para soportar la angustia ante lo nuevo, y el duelo por lo perdido; pero que el narcisismo sostenga y no cree murallas inaccesibles a lo que ocurre en la vida humana. La pulsión empuja y no deja quietud, y genera afectos… Porque el progreso no es una opción ¡es una condena!, hay que mejorar, siempre surgirá una falta que perseguir…y parece malo, pero es una suerte, es tener un horizonte al cual dirijirse... Porque sino, la melancolía adviene, nos alcanza la sombra…
Presentada la propuesta, y aceptando disidencias y aportes, pasemos a analizar, en lo que se considera “cura”, distintos posicionamientos diacrónicos y sintónicos…
1- variables conocidas: narcisismo, auto conservación, deseo erótico, gregarismo, continuación de la especie…según mandatos e ideales culturales.
2- empatía: el lugar del otro como semejante, presa, esclavo, resto… sin negar que los posicionamientos no se restringen a modelo, ayudante, rival y objeto de amor…
3- los afectos: su expresión considerada desde un discurso social que los avala, critica, reprime, etc.
4- proyecciones y defensas: ante los reclamos pulsionales y los sociales.
Referencias
1- Foucault, M.: (2008) Historia de la locura en la época clásica. Fondo de Cultura económica.
2-El nombre era Reed, o Read, fue imposible encontrar la referencia bibliográfica, fue el texto de cabecera de la autora a la hora de ser madre, hace muchos años, y era excelente analizando la relación del temor con el dolor…
3-Harlan Lane: (1979) The wild boy of Aveyron, Harvard University Press.
4-Romero Day, MP.: (2019) El dinero como fetiche. Letra Viva, Argentina (2021) La ley como eje vital. Letra Viva, Argentina.
5-Romero Day, P.: (2011) Fragmentos, Instrumentos, Huellas… Letra Viva, Argentina
6-Yourcenar, M.: (2009) Memorias de Adriano, Edhasa.
7- Szpilka, Moguillansky.: (2016) Crítica de la razón natural, Biebel, Argentina
Bibliografía
Foulcault, M.: (2008) Historia de la locura en la época clásica. Fondo de Cultura económica.
FREUD, S.:
(1912-13) Tótem y Tabú. AE XIII, 1978
(1914c) Introducción del narcisismo. A.E. XIV, 1978
(1915c) Pulsiones y destinos de pulsiones. A.E. XIV, 1978
(1915d) La represión A.E. XIV, 1978
(1916d) Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo analítico
A.E. XIV, 1978
(1920g) Más allá del principio de placer AE XVIII, 1978
(1921c) Psicología de las masas y análisis del yo AE XVIII, 1978
(1926d[1925]) Inhibición, síntoma y angustia AE XX, 1978
(1927c) El porvenir de una ilusión AE XXIII, 1978
Han, Byung-Chul: (2018) Hiperculturalidad. Ed. Herder.
Harlan Lane “The wild boy of Aveyron” Harvard University Press, 1979
Romero Day, MP: (2011) Fragmentos, Instrumentos, Huellas…Letra Viva.
- (2019) El dinero como fetiche. Letra Viva.
- (2021) La ley como eje vital. Letra Viva.
Szpilka, Moguillansky.: (2016) Crítica de la razón natural. Biebel.
Yourcenar, M.: (2009) Memorias de Adriano. Edhasa.
Autora:
María Patricia Romero Day, APA
Descriptores: NARCISISMO / AFECTOS / EMPATIA
Directora: Mirta Goldstein de Vainstoc
Secretario: Jorge Catelli
Colaboradores: Claudia Amburgo,
José Fischbein,
María Amado de Zaffore
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Presidenta: Dra. María Gabriela Goldstein
Vice-Presidente: Dr. Eduardo Safdie
Secretario: Dr. Adolfo Benjamín
Secretaria Científica: Lic. Cristina Rosas Salas
Tesorero: Dr. S. Guillermo Bruschtein
Vocales: Dr. Carlos Federico Weisse, Dra. Leonor Marta Valenti de Greif, Lic. Mario Cóccaro, Psic. Patricia Latosinski, Lic. Roxana Meygide de Schargorodsky, Lic. Susana Stella Gorris.