Desmentida. Efectos en la clínica
Febrero 2022 - ISSN 2796-9576
Textos breves

Breve apunte sobre la negación, la desmentida y la forclusión

Jaime Szpilka
Jaime Szpilka

1. El tema forma parte de una antigua y recurrente interrogación sobre textos fundamentales de S. Freud, de J. Lacan y de J. Hipolyte. Estos textos nos introducen casi obligadamente a tener que dialectizar tanto el camino de lo inconsciente a lo consciente, como el camino del no ser al ser.  Lo real es preafirmativo, a mi juicio lo que no se puede decir porque se dice, e implica tanto al ser como al no ser. Comenzará a ser, a realizarse después de una primera afirmación. Pero justamente es después de esa primera afirmación que paradójicamente se pierde, ya que si es lo que es o no es lo que no es, no puede quedar pendiente de ninguna realización en la afirmación.

J. Lacan enfatizó la importancia de la primera afirmación, la afirmación primordial, el primer asentimiento, el primer si, en el concepto freudiano de “Bejahung” en su fundamental trabajo sobre La negación. ¿Pero es un si a qué? Un sí a la palabra primordial que como ley implica la interdicción de goce con lo real de la madre, e inscribe al sujeto en la significación que monótonamente da cuenta siempre de esa misma interdicción.   Así lo real se negativiza y deviene imposible, y el precio de la “Vereinigung”, de la unificación con la palabra interdictiva, de la “Bejahung”, del Uno, del Eros, es la realización imposible, la diferencia sempiterna entre lo esperado y lo hallado. La afirmación que negativiza lo real paradójicamente lo hace advenir al ser. Y aquí se comienza a jugar la interesante dialéctica de lo inconsciente a lo consciente. Así el inconsciente deviene como la primera afirmación del no ser en el ser, en su doble condición retroactiva, como “Sachvorstellung”, lo reprimido secundario apalabrado, y “Dingvorstellung” lo reprimido primario, lo que se puede decir porque se dice y lo que no se puede decir porque se dice.  Freud sugiere que el paso decisivo a lo preconsciente-consciente aparece bajo el signo de la negación. “No, no es mi madre” es la mejor prueba de que se trata de la madre. Este segundo momento lo podemos catalogar como el de la aparición del ser bajo la forma del no ser. Momento tan bien comentado tanto por J. Lacan y J. Hypolitte dentro de una discusión esencial recogida en los Ecrits. Este momento se presenta como un momento privilegiado del pensamiento, la inteligencia y la independencia del principio de placer. Pero curiosamente para acabar el proceso de toma de conciencia se necesita un nuevo caso, el de la negación de la negación, lo cual culmina en una nueva afirmación, “si, es mi madre”. Hacer consciente lo inconsciente implica entonces una segunda afirmación fruto de la negación de la negación.  Y sin embargo Freud destaca que esa nueva afirmación no termina de levantar totalmente la represión. Se produce una brecha entre la nueva afirmación y la originaria donde se ubicaría la diferencia entre lo afectivo y lo intelectual. Como si la afirmación originaria, la “Bejahung”, tuviera una traza de relación con lo real en el momento de su negativización, que la nueva afirmación padece. Si de lo que se trata es de la “Aufhebung” de la represión como Freud lo postula hegelianamente, se apunta a que algo se levanta al mismo tiempo que se mantiene. Algo se acepta en lo intelectual al mismo tiempo que lo afectivo se mantiene en la represión. Y sabemos que justamente es en lo intelectual como suspensión de lo afectivo que el pensamiento se sostiene, y que lo afectivo se refiere cada vez más al símbolo mnémico de una experiencia traumática que la propia “Bejahung” representa. Pero lo cierto es que si lo reprimido no se puede terminar de cancelar totalmente mediante el levantamiento de la represión, Freud se torna antihegeliano: no todo lo real es racional. Tenemos entonces un primer paso que comprende a la aparición del más allá del ser o no ser bajo la forma de ser, un segundo paso en el cual algo reaparece bajo la forma del no ser, y un tercero en el cual el no ser vuelve a ser objeto de una nueva afirmación.

2. La contraparte de la “Bejahung” freudiana sería la “Ausstossung”, el rechazo primordial. Lo real no se negativiza, queda en el más allá del ser o no ser, y el sujeto sufre su prisión. Aqui estamos en pleno campo de la defusión instintiva, de la ausencia de la “Vereinigung” donde se cumple Eros. No es lo mismo faltar a una primera afirmación que negarla. Y es en este campo de la “Ausstossung”, que se habla de “Verwerfung” y de “Forclusión”.  Y es en ese espacio de falta de la primera afirmación que aparece algo de lo que Freud sostiene acerca de la destructividad psicótica. Mientras todo lo que se liga al campo de la “Verneinug”, negación, y de la “Verleugnung”, desmentida, implican una negativización de lo real soportada por una afirmación primordial inconsciente sobre la que se realizan posteriores negaciones, el campo de la “Verwerfung” y de la “Forclusión” alude siempre a la falta de esa primera afirmación. Se establece una dialéctica entre fusión instintiva, una afirmación primordial que genera sucesivas negativizaciones que culminan en la instalación del principio de realidad, y una difusión instintiva ligada a la ausencia de una primera afirmación que negativiza, lo cual dificulta la articulación de lo real con la realidad. El fenómeno psicótico queda ligado al rechazo de un significante que hace ley simbólica. Enlaza claramente con como Freud retiraba progresivamente la problemática de Schreber del terreno de la represión y del retorno de lo reprimido, para inclinarse cada vez más a la restitución. Así decía que era incorrecto referirse a lo que se suprime internamente como que fue proyectado, sino más bien concluir que lo que se abolió internamente retorna desde afuera. Lo que no se constituye en el inconsciente como reprimido se impone como presencia desde lo real. Y respecto al principio de realidad podemos decir que es la resultante especular opuesta de lo real en función de su propia negativización. Y se instaura una fisura permanente entre la realidad y lo real, la primera ligada al saber y lo segundo ligado a la imposible verdad. 

3. Y finalmente respecto a la “Verleugnung”, la desmentida, ¿qué? Cuando Freud introduce sus consideraciones en El fetichismo ya nos enseña la complejidad del tema. Porque más allá del bello juego significante entre “glance” y “Glanz”, tiene que justificar una escisión del yo dentro del propio estatuto de la represión. Por comenzar nos dice que el término represión conviene reservarlo para el afecto, mientras que “Verleugnung” o desmentida vale para el destino de la representación. ¿Pero entonces en todo acto de represión el destino de la representación se desmiente? o tiene que ver con la representación de una percepción intolerable? Pero en este caso la percepción intolerable es la de una falta en el otro materno primordial. ¿Y no será que la falta en el otro es siempre la condición fundamental para un buen juicio de realidad? Que al otro le falte la realización alucinatoria de deseo, volviéndose significante de sí mismo; significante que siempre delata al deseo en conjunción con la castración. Como que el acceso a toda realidad se produce en el interjuego entre un “plus” y una falta. Aquí entre el falo que no tiene por qué estar y la insoportabilidad de su ausencia. Como que el fetichista muestra dramáticamente la doble condición del acceso a la realidad, que haya un “plus” imaginario que se descuenta como falta.  Dialéctica presencia/ausencia que ya vimos en el comienzo que preside todo el pasaje de lo inconsciente a lo consciente, una afirmación que niega y una negación que afirma.  Y Freud concluye colocando la cuestión de la desmentida en una transacción entre el peso de la percepción indeseada de la ausencia fálica en la madre y la intensidad del deseo contrario. Un compromiso que dice que solamente es posible bajo el imperio de las leyes del pensamiento inconsciente y de los procesos primarios. Freud agrega que el fetiche como sustituto de la ausencia se ha erigido como monumento recordatorio y como “stigma indelebile” de la represión, acompaña a la enajenación de los genitales femeninos. Lo interesante es que la escisión yoica es consecuencia de un fantasma de transaccional que se cumple solamente dentro del campo de la represión, condición para el funcionamiento de los modos de producción del inconsciente. Y solamente esto permite que coexistan, como en el ejemplo que Freud propone en el mismo trabajo acerca de los dos jóvenes hermanos que perdieron al padre, una actitud acorde al deseo de que estuviera vivo y otra acorde a la realidad de su muerte.  Una cuestión importante a mi juicio, es destacar que solamente la “Bejahung” primordial permite el funcionamiento dentro del campo del inconsciente y de la represión, y que la escisión del Yo que se da en la “Verleugnung” sigue dentro de ese campo. Una cosa es rechazar una primera afirmación negativizadora, y otra bien distinta negarla después de haber dado el asentimiento a ella. Al fin y al cabo, el fetiche intenta recordar y compensar el “plus” imaginario que el símbolo como ley creo retroactivamente como lo perdido de lo real como producto del primer asentimiento a la ley del padre que implica la mítica primera interdicción del pleno goce en lo real de lo que después constituirá el primer significado materno, mecanismo inevitable en todo acceso a la realidad, que sin embargo no olvida al inconsciente. ¿Qué se simboliza? A nada natural sino a lo que por simbolizar cae como efecto de la simbolización misma. El fetiche es un producto constante de esa operación, sea en la economía general o libidinal, que reaparece en el mínimo resquicio donde el fracaso de la represión y el retorno de lo reprimido hacen asomar otra vez el fantasma de la castración, y da cuenta de que, si todo lo real no puede ser racional, solamente se puede forzar una transacción.

Autor

Jaime Szpilka, APM, APA

Descriptores:

NEGACION / FORCLUSION / DESMENTIDA

Directora: Mirta Goldstein de Vainstoc

Secretario: Jorge Catelli

Colaboradores: Claudia Amburgo

José Fischbein

María Amado de Zaffore

ISSN: 2796-9576

Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis  de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Presidenta: Dra. María Gabriela Goldstein

Vice-Presidente: Dr. Eduardo Safdie

Secretario: Dr. Adolfo Benjamín

Secretaria Científica: Lic. Cristina Rosas de Salas

Tesorero: Dr. S. Guillermo Bruschtein

Vocales: Dr. Carlos Federico Weisse, Dra. Leonor Marta Valenti de Greif, Lic. Mario Cóccaro, Dr. Néstor Alberto Barbon, Psic. Patricia Latosinski, Lic. Roxana Meygide de Schargorodsky, Lic. Susana Stella Gorris.