Sub-comisión de Psicoanalistas en el Territorio de la Secretaría Científica de APA
Introducción:
Carlos Tewel
Los interrogantes que se pronuncian acerca de las transformaciones o “actualizaciones” que se van materializando en los diferentes territorios en los que habita el psicoanálisis, son muchas y variadas las respuestas que aparecen. Algunas se presentan en acto a través de la transmisión y la experiencia de los que transitan estos senderos y otras retomando conceptos diríamos “clásicos”, herramientas necesarias para poder intervenir ante escenarios que son emergentes que revelan el malestar epocal o como dice A. Green entrando en contacto con sus locuras privadas. Además, toman cuerpo las consideraciones que aún requieren que sean investigadas y formalizadas dentro de los marcos metodológicos de la exploración metapsicológica a la que nos vemos convocados
Se precisa de mucha creatividad por parte de los psicoanalistas para lograr que grandes poblaciones humanas que carecen de posibilidades económicas puedan asistir a un consultorio privado: lo vemos en los hospitales, escuelas, cárceles, cuidados paliativos y otros. Tenemos que recuperar el análisis grupal que fue uno de los pilares dentro de la llamada Escuela Argentina. Esta herramienta tan desarrollada en nuestro país fue muy atacada por el régimen militar desde 1976 y prácticamente no se pudo rescatar hasta nuestros días a pesar que poco a poco vemos nuevas experiencias grupales en distintos campos terapéuticos.
El trabajo realizado en APA durante la reciente pandemia da cuenta de las posibilidades que brinda el psicoanálisis, no solamente para contener a damnificados, si no para que cada sujeto pueda dar un sentido a ese sufrimiento singular y de este modo transformar la neurosis traumática en una neurosis de transferencia. Tenemos en nuestra historia como país una gran experiencia dolorosa que fue la bomba en AMIA. Miles de personas fueron beneficiadas con la presencia y escucha de una gran cantidad de psicoanalistas que dieron todo su bagaje formativo buscando aliviar ese sufrimiento.
Crear Territorios
Raúl Neumann
Los psicoanalistas solemos responder a una demanda que en la mayoría de los casos es espontánea producida por una necesidad o sufrimiento. Esta no es una regla universal ya que en otras oportunidades ofrecemos nuestra presencia a Instituciones que nos requieren para remendar un vacío que la misma estructura institucional crea en sus miembros. La experiencia nos ha mostrado que donde el psicoanálisis propone su dispositivo crea un “territorio” en el cual la transferencia desplegada por éste genera una demanda, la que orienta la dirección de la cura.
Es la convicción en su herramienta, la escucha, practicada en abstinencia la que permite al psicoanalista adentrarse en inconscientes individuales o colectivos. Recordemos que Freud incursionó en territorios hostiles para presentar su forma subversiva de entender las neurosis y no sucumbió ante los obstáculos que se presentaron. El incursionar en espacios disímiles o intercambiar con teorías diversas nos permitió crear un espacio “entre” en el cual el psicoanálisis desarrolla su práctica y funda territorios siguiendo el precepto freudiano de 1919 donde dice: “no cabe ninguna duda de que sus ingredientes más eficaces e importantes seguirán siendo los que ella (la nueva práctica) tome del psicoanálisis riguroso, ajeno a todo partidismo”.
Territorios de la transferencia. Una mudanza post-pandemia
María Laura Trotta
Luego de transitar una pandemia los psicoanalistas nos encontramos en la encrucijada de volver o no a la presencialidad. ¿Qué hacemos ahora cuando un paciente nos dice que desea seguir de forma virtual? O si desea el nuevo modo “híbrido” (presencial y virtual según pueda o desee, vez a vez), significante que comenzó a filtrarse cuando la pandemia iba llegando a su final.
Hemos comprobado que los análisis continuaron más allá de los divanes, y que los espacios en los que un analista opera se reducen a la escucha en transferencia, sin importar tanto las geografías en que los actores de la escena analítica se encontraban. El conocido “ataque al encuadre” es puesto en cuestión, para que pasemos a pensar en las resistencias del analista a poner el cuerpo y su escucha en el escenario analítico contemporáneo.
Los territorios extramuros se amplían para el psicoanálisis, y sus intervenciones tanto en ámbitos donde se lo convoca para operar en salud mental como en la transmisión de saberes, empiezan a conocerse.
Si bien es cierto que en la Viena de Freud el psicoanálisis no sólo se practicaba en los divanes, como también los pioneros salieron a la comunidad a llevar el psicoanálisis, no podemos desconocer que las nuevas tecnologías han cambiado nuestras vidas y la llegada al mundo es diferente, la puesta del cuerpo no es la misma cuando se llega al otro desde un ordenador. Llegó el momento de debatir y decir qué estamos haciendo “ahora” en nuestra práctica, ¿cómo generamos demanda?, ¿cómo sostenemos los espacios a los que somos convocados? ¿qué hacemos cuando estamos con los pacientes? Los márgenes de nuestra contemporaneidad han cambiado y no son los mismos que vieron nacer al psicoanálisis, entonces podemos conjeturar que nuestro accionar también ha variado, ¿en qué hemos cedido y en qué no para ejercer nuestra disciplina?
La pregunta de cómo y quién funda un territorio en el que un analista pueda operar es necesaria. El movimiento acelerado y el cambio constante van generando espacios nuevos en los que un analista se tiene que empezar a ubicar. Esta nueva “incomodidad” en la que nos vemos insertos es la oportunidad que tenemos los analistas de mantener vivo el psicoanálisis.
Recordemos lo que Freud nos decía en 1926 en ¿Pueden los legos ejercer el análisis? Diálogo con un juez imparcial, cuando expone frente al juez imparcial imaginario de qué se trata lo que hace un analista con su paciente “…Entre ellos no ocurre otra cosa, sino que conversan…Siempre que es posible, hace que durante el tratamiento el enfermo permanezca en su ambiente y mantenga sus relaciones habituales. Desde luego, ello no es condición indispensable, y no siempre se puede cumplir…” (pp.175) (el destacado es mío).
En lo que no podremos ceder para que el psicoanálisis continúe con la producción de sus efectos es la transferencia. Lo demás, que hemos establecido a lo largo de estos años desde Freud, entra en discusión.
Aplicación de la clínica psicoanalítica en prepagas y obras sociales.
Gabriel Finquelievich
En los aportes a la técnica psicoanalítica dados por Sigmund Freud (1912) en el artículo “La dinámica de la transferencia” plantea cómo trabajar la transferencia y como la misma se despliega allá donde haya un vínculo humano. Dice: “No es cierto que la transferencia surja más intensa en el psicoanálisis que fuera de él. En los sanatorios en que los pacientes no son tratados psicoanalíticamente, la transferencia muestra también máxima intensidad y adopta las formas más indignas, llevando, a veces, hasta el sometimiento más absoluto y no siendo nada difícil comprobar su matiz erótico”.
La creación de prestaciones de psiquiatría y de psicoterapia en las Obras Sociales y Empresas de Medicina Prepaga fue llevando a la inclusión como prestadores a profesionales de la salud mental con formación psicoanalítica.
El encuadre psicoanalítico, especialmente lo ligado a la duración de un tratamiento, cantidad de sesiones y formas de pago de honorarios se confrontó con el encuadre institucional de los contratantes institucionales. Otro problema en este entrecruzamiento de territorios fue cual era el criterio de salud y enfermedad y el manejo de los tiempos.
Todo fue un intercambio de ideas y discusiones donde las ideologías y los diferentes saberes fueron construyendo un nuevo territorio donde el psicoanálisis fue teniendo su lugar.
Hoy los analistas nos atrevemos a cuestionar saberes sobre la práctica clínica psicoanalítica que terminaron transformándose en creencias doctrinales organizadoras de posiciones prejuiciosas que alejaron la práctica del Psicoanálisis de los territorios de extramuros, fuera de los consultorios, generando una idea elitista en cuanto a su aplicación para palear y curar el sufrimiento psíquico. Creo que este habitar la cura y el padecimiento humano con otros territorios que también apuntan a la cura del dolor humano no con sus saberes y sus convicciones son un motor que ayuda a aumentar nuestra convicción en el Psicoanálisis y su eficacia terapéutica.
El territorio de lo “trans”.
Gabriela Fridman
Asistimos hoy a un nuevo horizonte epocal respecto de las transexualidades y creo que debemos dejarnos interpelar por éstas. Las demandas de cambio de género recortan hoy un nuevo territorio. Como psicoanalistas podemos escuchar ¨lo trans¨ en su declinación de goce singular. ¿Cómo entender la pluralización, de lo que son hoy las diversas modalidades de presentaciones de goce? ¿siempre son efecto de la caída de los ideales anudados a la ley paterna? ¿o al empuje al goce como imperativo, efecto del capitalismo?
Sin dejar de tener en cuenta a los colectivos y movimientos trans nuestra escucha particular, está fuertemente comprometida con la ética del psicoanálisis, que es a nivel del sujeto deseante, del inconsciente. Un abordaje psicoanalítico sería poner por delante el discurso de la palabra, tratar a través de la palabra los fenómenos vinculados con el cuerpo y el goce sexual. ¿Qué lugar ocupan los prejuicios de los analistas en nuestro horizonte epocal? Es importante en este sentido el saldo de advertencia que deja un final de análisis, en tanto deseo de analista.
La pregunta ¿qué soy? ¿hombre o mujer?, la pregunta por el sexo, es constituyente del sujeto del inconsciente ¿nos sirve la categoría de género en psicoanálisis? ¿de qué manera?
Cuando se habla de identidad en general para el psicoanálisis serían las identificaciones. Al estar hablando de lo que viene del campo del Otro, el psicoanálisis los conceptualiza como identificaciones. Desde nuestras categorías, sería la elección de goce fundamental lo que da ¨ identidad¨, que siempre es inconsciente y singular. Elección sexuada como no definitiva, a nivel del acontecimiento de cuerpo, de la experiencia de goce inconsciente que es siempre singular y en un territorio donde la frontera pasa a ser un litoral.
Territorio de la clínica compleja. Enlace con otras disciplinas.
Alejandra Gómez
Freud ha creado el psicoanálisis como doctrina conceptual teórica, práctica terapéutica y método de investigación, legado insuperable para comprender el funcionamiento del psiquismo ahondando en las mociones inconscientes.
Sus primeros desarrollos se centraron en el estudio de las histerias y el mecanismo psíquico de estas manifestaciones neuróticas, pero también hizo un gran aporte sobre la clínica de las psicosis. Incluyendo las bases de estudio para un amplio espectro de padecimientos psíquicos.
En Consejos al médico (Freud, 1912) formula una serie de indicaciones metodológicas a cumplir con la “pureza” de la técnica para los futuros psicoanalistas. Esa práctica estaba reservada a las consultas individuales en el marco del consultorio privado. Repensando su teoría y su práctica y en (1919 Freud) en Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica se interroga sobre el alcance de su método para tratar “(…) grandes masas de hombres (…)”.
Los psicoanalistas pos freudianos han tomado y desarrollado en distintas líneas de pensamiento y practica ambas postas: el análisis de las presentaciones clínicas complejas, graves, más allá de las neurosis y la práctica extramuros. Manteniendo para ello, las normativas propuestas por el maestro en el funcionamiento mismo de la escucha analítica dentro de cada analista, lo que muchos años después André Green (2005) llamaría el encuadre interno del analista. Desde entonces hasta nuestros días el psicoanálisis se ha extendido en lo que hoy llamamos diferentes “territorios”. Saliendo del consultorio, funcionando en las prácticas hospitalarias, la educación, actividades de prevención, atención de urgencias, pacientes graves, terapias vinculares, Articulándose y dialogando con otras disciplinas de complejidades variadas.
Freud parte de la neurología y la psiquiatría. De esta última ha dicho que era como la “anatomía” de los padecimientos psíquicos, mientras el psicoanálisis sería la “histología”. A pesar de las diferencias ambas disciplinas conviven hoy en el estudio y terapéutica de pacientes no neuróticos, aportando una comprensión psicodinámica de los síntomas más allá de lo observable. Los actuales desarrollos en Neurociencias, dan cuenta de algunos conceptos freudianos. La neuroplasticidad mantiene un correlato de la huella mnémica en cambio permanente y singular. La articulación del psicoanálisis y neurociencias se complejizó hasta la creación del Neopsicoanálisis (Mark Solms)
Es esperable que los psicoanalistas estén informados y acepten conceptos neurobiológicos como la neuroplasticidad y que la psiquiatría se enriquezca con una comprensión dinámica más allá de lo descriptivo del síntoma observable.
El psicoanalista en los medios: ¿hace falta?
Any Krieger
Dar un lugar al psicoanálisis en los medios es una responsabilidad de los psicoanalistas. En los últimos 20 años hemos trabajado desde la Institución para que esto ocurra y ¡ocurre! Hoy somos indispensables para el periodismo que sabiamente, no cesa de convocarnos para colaborar con notas gráficas, radiales, televisivas…Nos hemos convertido en partícipes necesarios en la comunicación. Esta realidad nos ofrece múltiples posibilidades que siembran la transmisión de nuestro saber y acercan al público a nuestras instituciones, tanto a futuros analistas, así como también a sujetos que se sienten tocados por algún tema que desarrollamos, y se ven impulsados a la consulta.
Como muchos investigadores de la materia aseveran; en nuestra sociedad se nos enseña que hay ciertas cosas que podemos hacer y otras que no podemos hacer; de este modo se nos introduce a los valores y a las normas. El proceso de socialización, que es continuo y se ubica en las personas y las instituciones, y puede no sólo ser deliberado sino además inadvertido, consiste en parte en la internalización de múltiples, haz esto‟ y no hagas aquello‟, de bien‟ y de mal‟, de verdadero‟ y falso‟, propios de la sociedad de que se trate.
Esta enseñanza antes descripta es encarnada por los medios actualmente. Según el sociólogo Wright Mills, los medios masivos de comunicación:
1) le dicen al hombre de masa quién es: le prestan una identidad,
2) le dicen qué quiere ser: le dan aspiraciones,
3) le dicen cómo lograrlo: le dan una técnica,
4) le dicen cómo puede sentir que es así, incluso cuando no lo es: le dan un escape.
Es fundamental la posición del psicoanalista “mediático" quien se convierte en portavoz de la comunidad de colegas y está atravesado por el deseo de transmisión sin erigirse en un superyó, culpabilizando o emitiendo juicios de valor acerca de los personajes que son analizados en los artículos que se tratan.
La ética que habita al colega que presta su cuerpo y voz debe ser de una ligadura a las enseñanzas de los maestros y no caer en opiniones que empujen a tropiezos ideológicos. Es crucial estar advertidos acerca del valor de la palabra y las consecuencias que éstas puedan acarrear.
El territorio de la formación psicoanalítica
Cecilia Lauriña
Ciberdiván es el nombre con el que una paciente bautizó, allá por la década del 90, a nuestras comunicaciones —plagadas de obstáculos— cuando ella migró a un lejano lugar, un lugar en el cual el psicoanálisis era absolutamente desconocido. Desde aquel entonces, me pregunto por las condiciones necesarias para dar lugar a la eficacia de nuestro método.
En el 2020-2021, los analistas del mundo, trágica, imprevistamente y sin lugar a opción, nos vimos empujados a atender por diversos dispositivos virtuales a nuestros pacientes y supervisados. El ciberdiván se transformó en una oportunidad de dar continuidad a nuestra práctica.
La escucha en transferencia delineó los nuevos escenarios de una clínica en movimiento de acuerdo a los cambios epocales. Este giro abrupto nos convoca a una transmisión del psicoanálisis en condiciones inéditas. Los nuevos dispositivos creados a partir de las fronteras abiertas por la virtualidad, acercan distancias y permiten formarse a analistas que viven en lugares distantes de los grandes centros, posibilitando salir de situaciones endogámicas. El trípode una vez más ha dado muestras de su eficacia aún en condiciones atípicas. La misma formación psicoanalítica es un territorio en transformación.
Se conmovieron las certezas, los posicionamientos incuestionables y las nuevas encrucijadas están dando lugar a la creatividad propia del psicoanálisis, que está cada día más inserto en la cultura. La práctica de los analistas muestra su eficacia en los más variados y complejos territorios. Desde la Sub-comisión de Psicoanalistas en el Territorio de la Secretaría Científica de APA hacemos una apuesta, a través del dictado de un seminario curricular, a brindar herramientas para intervenir en esos escenarios en los cuales muchos analistas trabajan posibilitando un devenir en el cual se articula la formación analítica a la subjetividad de la época.
Sobre efectos transformadores y encuentros inaugurales
Liliana Amarilla
De acuerdo a mi reciente experiencia poder concurrir al Seminario “Psicoanalistas en el territorio” me permite acceder, por medio de la presentación de diferentes teorías y sus diversas prácticas a la revalorización de las premisas que instauran el quehacer psicoanalítico.
En cada clase o encuentro (por el efecto transformador sobre las ideas o supuestos previos que albergamos) asistimos, por un lado, a un despliegue conceptual riguroso de las temáticas estudiadas, con el propósito de posibilitar la apertura a nuevas preguntas que cruzan transversalmente la teoría y la clínica. Acompañado en cada caso por las referencias a diversas experiencias que recogieron en el camino y que dejan al descubierto la incesante tarea de mantener vivo y activo el deseo de analizar. Transmitiendo en acto una de las principales propuestas del seminario en el que todas las voces integran una melodía que acompaña y estimula el interés de continuar accediendo a posibles modos de intervenir sobre y en los territorios, más allá del diván.
Proponen el diálogo con otras disciplinas como la medicina, el arte, las neurociencias, los medios de comunicación, convocados por las novedosas demandas que surgen en el escenario social actual y se inscriben desde el discurso epocal. Construyendo puentes simbólicos que favorezcan la elaboración de andamiajes técnicos y metapsicológicos que promuevan una escucha analítica abierta y comprometida con aquellos ámbitos en los que el ejercicio de nuestra disciplina tiene y puede operar, generando beneficios a los que no acceden directamente al consultorio particular. Demostrando una y otra vez, que cuando el método se hace presente, inaugura una dimensión que subvierte categorías hasta ese momento inimaginables.
Referencias Bibliográficas:
● Freud, S (1986) ¿Pueden los legos ejercer el análisis? Diálogos con un juez imparcial. En Obras Completas (2° ed.). (Vol. XX pp. 205-240) Buenos Aires.
Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1926).
● Trotta, M. L. (2020) Experiencia en línea. En La Época online: Dilemas y horizontes en la transmisión, formación y práctica del psicoanálisis.
Asociación Psicoanalítica Argentina el Instituto Ángel Garma. Freud Sigmund.
● Freud S. (1986 [1919]) Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica, Tomo XVII. OC Amorrortu editores Buenos Aires.
● Freud S. (1986 [1912]) Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico, Tomo XII. OC Amorrortu editores Buenos Aires.
● Charles Wright Mills (1959) La imaginación Sociológica, Oxford University Press.
● Lauriña, C. (2022) La Supervisión psicoanalítica y los principios de su poder. Buenos Aires: Letra Viva
Autores:
Coordinadora: Cecilia Lauriña, Secretaria: Gabriela Fridman. Integrantes: Liliana Amarilla, Gabriel Finquelievich, Alejandra Gómez, Any Krieger, Raul Neumann, Carlos Tewel Y Laura Trotta
Descriptores: PSICOANÁLISIS / ENCUADRE / TRANSFERENCIA / DIRECCIÓN DE LA CURA
Directora: Mirta Goldstein de Vainstoc
Secretario: Jorge Catelli
Colaboradores: Claudia Amburgo,
José Fischbein,
María Amado de Zaffore
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Presidenta: Dra. María Gabriela Goldstein
Vice-Presidente: Dr. Carlos Federico Weisse
Secretario: Dr. Adolfo Benjamín
Secretaria Científica: Lic. Cristina Rosas Salas
Tesorero: Dr. S. Guillermo Bruschtein
Vocales: Dra. Leonor Marta Valenti de Greif, Lic. Mario Cóccaro, Psic. Patricia Latosinski, Lic. Susana Stella Gorris.