Escena 1
Algún día en febrero 2025. Atardece. Tengo unos minutos antes de conectar con el próximo paciente, me acerco a la ventana, da a una calle tranquila, un puñado de niñas juega. Risas, gritos suaves y correteos. Las escucho. Una propone: “¡Juguemos a la vida real!”. Me quedo un instante suspendida en esas palabras.
Escena 2
Reunión por zoom. Relato la escena. Alguien sonríe y dice: “Si! Mis hijos también juegan a la vida real.”
Tal vez, sin saberlo, todos estamos jugando. Quizás Winnicott nos puede tender la mano, “el juego de la vida real” ocurre en un lugar intermedio, que no es completamente interno ni externo, hoy le agregamos que no es completamente on-line ni off-line. Sino en un espacio inter-medio, donde se conjugan diferencias, heterogeneidades.
Tal vez, como todo juego, plantea una paradoja que no debe resolverse sino ser admitida: habitamos simultanea y sincrónicamente dos lugares, nuestros tiempos y nuestros espacios son constitutivamente híbridos.
La vida parece transcurrir OnLife
Flash-back 1
Diez años antes, El 2 de diciembre de 2014 a las 17.00 horas.
La Unidad de Prospectiva Científica (STOA) del European Parliamentary Research Service (EPRS) abrió el encuentro para debatir sobre «Ser humano en una era hiperconectada». Los ejes de discusion ya estaban expuestos en el manifiesto OnLife.
El Manifiesto OnLife. Ser humanos en la era de la hiperconexión1 (Floridi, 2015), fue la propuesta que elaboró un grupo de expertos convocados por la Unión Europea para analizar los cambios culturales, sociales y subjetivos introducidos por la interconexion constante de las personas a traves de internet. Con la coordinación de Luciano Floridi de la Un. de Oxford, el grupo2 buscó hacer un ejercicio de pensamiento colectivo desde distintas constelaciones teóricas3 para rever los cambios en la concepción “ser humano” en una etapa en la que, ya en 2014, mostraba que concebir como categorías separadas los espacios en que desarrollamos nuestras vidas como on-line y offline parecía no tener sentido. Por eso propusieron el concepto de OnLife.
En un principio, cuando sólo nos conectábamos a la web en las computadoras personales, el hecho de tener que “sentarnos a la compu” para conectarnos diferenciaba ambos espacios, lo que -nos- ocurría “on-line” era claramente distinguible de lo que nos ocurría “en la vida real”.
Pero el 9 de enero de 2007, durante la Macworld Conference & Expo en San Francisco, Steve jobs nos presenta el Iphone, un pequeño objeto electrónico muy sensual al tacto y a la vista, cuya pantalla táctil se conecta a la web y nos permite hacer prácticamente las mismas operaciones e interacciones que la PC, el celular y el Ipod. Esta triple función: teléfono, reproductor de música y conección a la web, hizo que fuera el complemento ideal para estar conectados siempre y en todo lugar. Además, pequeño, liviano y portátil, nos acompaña en contacto próximo al cuerpo, íntimo. Una hipercomputadora a la que acariciamos y responde. En menos de 5 años estos dispositivos móviles que nos a conectan la Web consiguieron cambiar nuestro habitat y nuestros hábitos a tal punto que hoy podemos decir “resetearon” los ambientes en los que nos desarrollamos.
El haber realizado ese salto desde lo técnico mostraba el producto logrado por la imaginación creativa, el conocimiento y, sobre todo, la convicción de que hacerlo era posible, cualidades humanas sin dudas. Materiales, ingeniería y diseño ya estaban disponibles. Había que imaginarlo y apostar a la capacidad de materializarlo. Esto ha sido así con cada invención que permitió cambios que reconfiguraron la historia, hoy vemos que ésta desafía la talla de lo que provocaron en la cultura creaciones como la escritura o la imprenta: cambios de era.
Las posibilidades que ofrecía se convirtieron muy rápidamente en terreno fértil para todo un ecosistema de nuevos desarrollos, por su omnipresencia en prácticamente todas nuestras actividades cotidianas nos interesan muy particularmente las aplicaciones. Las app’s son programas informáticos que ofrecen el acceso a servicios “personalizados” a través de la web, son hacedoras privilegiadas del universo on-line, piezas clave de esta nueva forma -tecnológica y cultural- de interactuar con el mundo. Desde el acceso sencillo y próximo que ofrecen (un click o un desliz de nuestros dedos sobre el cristal de la pantalla) las apps median en la organización del tiempo que disponemos y dedicamos a casi todo: trabajo, deseo, consumo, entretenimiento, descanso, vínculos, y la lista es interminable porque constantemente nuevas app’s ofrecen más y más. No sólo disputan por nuestro tiempo, lo que codician es nuestra atención. Lo logran. Y así se han convertido en un ingrediente central en la cocina de las experiencias subjetivas contemporáneas.
Ante todo … ¿qué es el mundo on-line?
Si lo vemos desde lo técnico es el “estado de conectividad activa a redes digitales”, es decir, estar disponible para el intercambio de datos en tiempo real4, el simple hecho de tener el celular encendido, implica necesariamente “estar on-line”.
Pero lo “On-line” no es sólo un medio, se convirtió en uno de los espacios privilegiados donde se desarrolla parte de la vida. Podemos sí pensarlo como un nuevo régimen de existencia mediada por interfaces, dispositivos, flujos de datos y algoritmos que nos permiten exponernos, mirar, actuar, intercambiar. Una presencia performativa que no sólo comunica sino que actúa, produciendo realidad, subjetividad y lazos sociales a través de acciones discursivas que pueden generar efectos en el mundo. Lo On-line es un espacio donde, efectivamente, se están produciendo cambios en la economía libidinal, donde operan el deseo, la demanda, la mirada, la pulsión escópica, el goce.
Nuestra vida transcurre en estos dos ambientes que coexisten. Y los ambientes on y off-line están cada vez menos diferenciados o, lo que es lo mismo, no presentan contradicciones sino conjugaciones y ofrece experiencias que generan, en su conjunto, una realidad heterogénea, reconfigurada. OnLife es quizás la metáfora que mejor señala el montaje de ambientes en los que se conforman y se despliegan las subjetividades hoy.
El manifiesto OnLife, ya desde el título “Ser humano en la era de la hiperconexión” nos dice que lo que está en cuestión afecta incluso la categoría de ser humano. Esta es una categoría pre-subjetiva, “Ser humano” es lo que nos distingue de todo aquello otro, natural o artificial. Lo que está implícito entonces es que este cambio es radical y afecta todas las esferas de la vida de las personas.
Julio Moreno en su libro Ser humano: la inconsistencia, los vínculos y la crianza (Moreno, 2014) plantea la cuestion del ser humano en el centro de su reflexión. Propone que lo específicamente humano se centra en la capacidad de incorporar lo nuevo, el azar, y luego, al hacer progresar los cambios que esto nuevo provoca se va conformando eso que llamamos cultura. Para Moreno el hecho de que exista una realidad virtual producto de lo que ofrece el espacio On-line, y que ésta pueda ofrecerse como campo propicio para la subjetivización de cada quién, no contradice ni interfiere la posibilidad de que haya conexión simultánea con otras realidades, sean estas virtuales o materiales. “Uno puede así ser -en cierta manera- varios. La realidad que enfrenta el yo es -comparada con los tiempos de la modernidad sólida- múltiple” [Íbid:43].
Parece que el Yo es la instancia psíquica que más se conmueve en esta realidad OnLife. El Yo como instancia de frontera permeable con la realidad y con el Ello, el Yo en sus vasallajes, el Yo en sus formas, sus máscaras, que tienen ahora múltiples espacios donde exhibirse, que se identifica, que alimenta el narcisismo o sucumbe bajo la sombra de objetos y objetivos inalcanzables. Objetos que aparecen en nuestro sensorio cada vez más -cuantitativa y cualitativamente- desde las pantallas de nuestros dispositivos conectados a la web.
La pregunta que aparece es si el desarrollo informático altera nuestra realidad y el contacto con nuestro medio, al punto de poder trastocar los principios que nos legara la cultura a través de la historia, o, si lo que hoy se nos presenta es otra realidad a la que no podíamos tener acceso porque carecíamos de los medios tecnológicos necesarios y que ahora los disponemos (Íbid:47). En ambos casos la respuesta es afirmativa. Lo nuevo que el sujeto ha integrado hoy -propiciado por la incorporación de lo que le ofrece el desarrollo informático- modifica necesariamente la cultura, que parece haber abierto una nueva era tecnosimbólica5. A su vez, esta nueva cultura “OnLife”, donde se despliegan nuestros universos de sentido, era imposible, por lo tanto impensable, sin estos adelantos tecnológicos. Las estadísticas hoy nos muestran que destinamos más tiempo a transitar en el universo on-line que en el universo offline. El consecuente cambio cultural es incontestable.
Flash-back2
Un siglo antes de la presentacion del Manifiesto OnLife, en 1913, Freud escribe “el interés sobre el psicoanálisis” a solicitud del director Scientia, una conocida publicación científica italiana. Allí explora “las bases afectivas del vínculo del individuo con la sociedad” (Freud, 1913:190) y hace lugar a los hallazgos del psicoanálisis como instrumento válido para comprender los fenómenos culturales, ya que “Toda historia de la cultura no hace sino mostrar los caminos que los seres humanos han emprendido para la ligazón [Bindung] de sus deseos insatisfechos, bajo las condiciones cambiantes, y alteradas por el progreso técnico6, de permisión y denegación por la realidad”7 (ibid.:188). A lo largo de toda su obra Freud dialogará con la cultura.
Los textos fundantes de la teoría psicoanalítica iluminan y analizan un sujeto y un psiquismo que se desarrollaba en un ambiente sin mediación de objetos virtuales digitales conectados a la web. Sin embargo aún allí el psicoanálisis ha mostrado y trabajado -teórica y clínicamente- desde reconocer que las realidades que habitamos son siempre en cierto sentido virtuales: pensamientos, recuerdos, sueños, alucinaciones dan sus formas y contenidos a la realidad psíquica que, vale señalarlo, es la única realidad donde se trama la subjetividad, en la que encarnan los afectos. Pero también en el pensamiento de sus fundadores podemos encontrar algunas trazas que nos permiten ver que contamos con instrumentos teóricos para poder analizar esta nueva, o mas precisamente, re-versionada realidad.
La cibernética no es cosa nueva en psicoanálisis
El matemático y filósofo estadounidense Norbert Wiener, en su obra Cibernética o el control y comunicación en animales y máquinas (1948), acuñó el término "cibernética" para designar la ciencia que estudia las semejanzas entre los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y los de las máquinas8. Nacida de la combinación de las matemáticas y la neurofisiología, la cibernética se propone como la ciencia que permitirá el control de los “factores anti homeostáticos” inherentes a la Naturaleza y al funcionamiento de la sociedad. Uno de sus postulados es que el comportamiento de los sistemas complejos (aquellos no lineales e impredecibles) no puede “deducirse simplemente” a partir de los comportamientos individuales de sus componentes (Wiener, 1948). Con esta afirmación puso en jaque el determinismo imperante en la ciencia en esos momentos. De igual manera que la noción de Inconsciente propuesta por Freud 50 años antes planteó una objeción radical al ideal del hombre como una unidad, y con esto puso en jaque la idea de universalidad que primaba en la ciencia. Continuidades y rupturas.
Las propuestas de Wiener pronto despertaron interés en el ámbito de las ciencias humanas francesas, especialmente en el debate filosófico, aquí podemos citar que en 1953 el reconocido filósofo de la técnica Gilbert Simondon propone conformar un grupo de estudios sobre la cibernética e invita para ello, entre otros, a Louis Althusser y a Michel Foucault (Heredia, 2019).
Lacan también encuentra valiosas las tesis de Wiener y las lleva a la esfera del psicoanálisis. En su seminario 2, el 22 de junio de 1955, propuso “Psicoanálisis y cibernética, o la naturaleza del lenguaje”. Allí toma las bases epistemológicas de la cibernética para darle respaldo teórico al psicoanálisis. De esta forma, no sólo intenta hacer una lectura profunda de Freud (es su seminario sobre los textos freudianos relativos al Yo), sino que encuentra en los principios de la cibernética soportes teóricos -contemporáneos y rigurosos- para el psicoanálisis, cuyo objeto es estructuralmente indeterminado, indicando que “sobre este tema [la indeterminación] la cibernética puede aportarnos alguna claridad” (Lacan, 1955:437) ya que demuestra lo indeterminado de lo real, y de esta manera hace lugar a la indeterminación como uno de los elementos claves en la ciencia. Lacan abre así la discusión sobre cuál es el determinismo que está en la raíz misma de la técnica psicoanalítica. Señala que el determinismo inconsciente aparece en el azar, es decir, en las formas con las que lo inconsciente se expresa en el lenguaje. La técnica de la asociación libre induce y anima la aparente paradoja de que intencionalmente el analizante se acerque cuanto sea posible al azar. Es en el azar del inconsciente donde el sujeto puede saber de su verdad.
Podríamos entonces decir que la cibernética forma parte de la epistemología lacaniana desde sus primeros seminarios, y que la toma para dar espesor científico nada menos que a la noción de inconsciente propuesta por Freud.
La determinación y lo indeterminado
Si la indeterminación es una noción que está en la base misma de la definición de inconsciente, podemos pensar que contamos con buenas competencias para abordar la comprensión de las subjetividades que se gestan en esta realidad OnLife.
La filosofía puede darnos una mano también aquí, Homi Bhabha construye su propuesta filosófica buscando escapar al juego de los binarismos y así comprender las tensiones que tienen lugar en la cultura y cómo afectan la construcción de subjetividades e identidades. En “El lugar de la cultura” (Bhabha,1994) aboga por una postura teórica que se constituya desde la experiencia, y no desde marcos conceptuales clausurados, que no anteponga las categorías respecto de lo inesperado de la experiencia cultural y social y así permita inscribir y articular lo contingente, lo posible, por lo tanto de lo indeterminado. Lo hace filtrando los postulados filosóficos con las propuestas del psicoanálisis, particularmente las de Lacan.
Bhabha nos ofrece algunas nociones que pueden aportar mojones para pensar la cultura y la subjetividad OnLife. Una es la de espacios de liminalidad . "Liminal" (del latín līmen) refiere a la zona de transición entre un espacio y otro. Son los territorios fronterizos de las culturas, del saber, del lenguaje, donde se labran identificaciones y subjetividades heterogéneas. En los espacios de liminalidad se confrontan y conjugan diferencias, hibridismos, y se desafía así todo orden determinista y causal.
Para Bhabha los espacios de liminalidad son “sitios innovadores de colaboración y cuestionamiento” (íbid:18), donde las culturas se encuentran y se transforman mutuamente y, por lo tanto, son un ambiente facilitador para la elaboración de nuevas estrategias de subjetivación. Nos propone pensarlos como un tercer espacio “cercano al ‘entre’ de Derrida, que siembra confusión entre opuestos y a la vez se encuentra entre oposiciones” (Ibid:160). Son entornos en los que cambia incluso el sistema semiótico, ya que la estructura referencial se vuelve allí un proceso ambivalente donde el Yo puede adquirir distintas formas y constituir al mismo tiempo el sí-mismo. Habilitan nuevas modalidades de identificación, como efecto que se produce cuando una forma imaginaria provoca el placer de ajustarnos a ella, de reconocernos en ella (Meygide, 2023). Así también podemos pensar el ambiente OnLife.
Hoy
Muchas veces imagino como pensarían Lacan o Freud el psiquismo que se desarrolla en esta realidad OnLife que habitamos, en la que los cambios que “resetean” los ambientes (personales, familiares, sociales, culturales, profesionales, por listar algunos), se suceden cada vez más velozmente gracias a la revolución que significó la inclusión de herramientas motorizadas por inteligencia artificial en prácticamente todos los sitios, buscadores y aplicaciones. Esto amplió la incidencia del mundo on-line en todos los órdenes de la vida a niveles que antes de su aparición eran inimaginables.
Los territorios en los que se manifiestan los síntomas, las escenas o escenarios de despliegue subjetivo, los objetos que se ofrecen al proceso identificatorio, los espacios de despliegue pulsional han mutado, como mínimo se han expandido. La subjetividad se despliega en un espacio de liminalidad, donde las experiencias OnLife muestran sus cualidades propias.
En cada uno de estos ítems nos toca reconocer las nuevas marcas para darles lugar en nuestra teoría, el inconsciente tal vez aloja nuevas clases de contenidos, si la escucha empieza a reconocer los nuevos sonidos estaremos ampliando las fronteras.
Quizás inmersos en el juego de la vida real.
Notas
1. The OnLife Manifesto: Being Human in a Hyperconnected Era
2. Formaron parte Stefana Broadbent, Nicole Dewandre, Charles Ess, Jean-Gabriel Ganascia, Mireille Hildebrandt, Yiannis Laouris, Claire Lobet-Maris, Sarah Oates, Ugo Pagallo, Judith Simon, May Thorseth y Peter-Paul Verbeek
3. En la elaboracion del manifiesto participaron especialistas de distintas disciplinas como antropología, ciencias cognitivas, informática, ingeniería, derecho, neurociencias, filosofía, ciencias políticas, psicología.
4. El término “tiempo real” se refiere a la capacidad de un sistema para procesar y responder a información en tiempo presente, es decir, sin retrasos ni pausas significativas.
5. Flavia Costa (2021) utiliza el término “Tecnoceno” para señalar un tiempo histórico donde: las tecnologías digitales, algorítmicas y automatizadas se han vuelto centrales en la organización de la vida, lo técnico deja de ser una herramienta exterior y se convierte en condición estructurante de lo social, lo político y lo subjetivo, el mundo funciona en términos tecnológicos en tanto relaciones, cuerpos, saberes y afectos están mediados por dispositivos.
6. Los destacados son de la autora
7. Respecto a la realidad, en 1905 en el proyecto de psicología Freud dice que cuando el objeto deseado está copiosamente investido, se produce el mismo signo de descarga o de realidad que se produciría en el caso de una percepción exterior. En 1911 en formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico, definirá la realidad como la vertiente externa de la frustración de la satisfacción pulsional.
8. Cibernética: definición, historia y aplicaciones : https://datascientest.com/es/todo-sobre-cibernetica
Referencias bibliográficas
Bhabha Homi (1994/2002): El lugar de la cultura. Buenos Aires, Manantial Ed.
Costa, Flavia (2021): Tecnoceno. Algoritmos, biohackers y nuevas formas de vida. Buenos Aires,Taurus Ed. ISBN: 978-987-737-065-2
(Freud, 1913:190) “el interés sobre el psicoanálisis”
Floridi, Lucino Ed. (2015) The OnLife Manifesto: Being Human in a Hyperconnected Era. Londres, SpringerOpen Ed. ISBN 978-3-319-04092-9 Disponible en: https://library.oapen.org/bitstream/handle/20.500.12657/28025/1001971.pdf
Heredia, Juan Manuel. (2019). “:Sobre la lectura y conceptualización simondoniana de la cibernética: en: Tópicos (México), (56), 273-310. https://doi.org/10.21555/top.v0i56.998
Lacan (1954-1955/2008) Seminario 2. El Yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Buenos Aires, Paidos Ed.
Meygide, Roxana (2023) “La noción de intimidad en las Redes Sociales On-line” en: Psicoanálisis : Entre lo analógico y lo virtual. (Comp. José Ricardo Sahovaler). Buenos Aires, APA Editorial.
Moreno, Julio (2014) Ser humano: la inconsistencia, los vínculos y la crianza. Buenos Aires, Letra Viva ed. (4º Edición)
Wiener Norbert (1948/1985): Cibernética o el control y comunicación en animales y máquinas. Barcelona, Tusquets Ed.
Autora:
Roxana Meygide, APA
Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana
Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel
Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo
ISSN: 2796-9576
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
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