- ISSN 2796-9576

Estela Bichi

E B

Los fanatismos y el poder del mal

El concepto de poder, en el sentido de una posibilidad, de una positiva potencialidad, conlleva, en su sentido contrario y negativo, el del ejercicio de un dominio, de una espuria manipulación sobre otros –los “inmolados”, los ejecutores de atentados suicidas-, cuyas acciones conducen a su vez a la destrucción y a la muerte de quienes debieran supuestamente ser considerados sus “semejantes”. No se trata entonces del ejercicio de la autoridad que regla y ordena, sino de la manipulación de seres humanos que, instruidos en fanatismos de metas tanáticas, convierten a «los otros», considerados sus enemigos, en víctimas de un proceso de odio y/o de cosificación, de deshumanización. Objetos de odio u objetos desobjetalizados, el ataque a su humana existencia se convierte sólo en un medio para demostrar tanto a los autores intelectuales como a los propios ejecutores, una capacidad todopoderosa de lograr sus fines infligiendo el mal.