La subjetividad en la era de la tecnología digital
Noviembre 2024 - ISSN 2796-9576
Ensayos psicoanalíticos

Psicoanálisis e Inteligencia Artificial: La problemática de la identificación

Nicolás Obiglio
Nicolás Obiglio

Abstract

En un contexto de avances tecnológicos, especialmente en el campo de la Inteligencia Artificial, el psicoanálisis contemporáneo se enfrenta al desafío de comprender y analizar la interacción entre la IA y el ser humano y su capacidad de interactuar socialmente, desde una mirada psicoanalítica. Este artículo busca arrojar luz sobre esta compleja relación, ofreciendo una comprensión más profunda del fenómeno tecnológico y su interacción con la subjetividad humana. Se comienza abordando la dificultad de definir la Inteligencia Artificial en la actualidad; para luego adentrarnos en un diálogo entre las teorías psicoanalíticas clásicas y actuales sobre la identificación; para examinar el proceso mediante el cual nos relacionamos con la Inteligencia Artificial. Enfocándose en la identificación proyectiva y subrayando el fenómeno de la programación emocional o EmotionalPrograming, este artículo ofrece reflexiones sobre las implicaciones de esta compleja relación y sugiere direcciones futuras para la investigación en este campo emergente.

1.  Hacia una definición de la Inteligencia Artificial

Poder definir la inteligencia artificial representa todo un desafío en la actualidad. No existe una definición univoca del término y su significado varía en función del contexto en el que es aplicado.

El primer punto que debemos atender es que se trata de dos palabras que se condicionan mutuamente en su definición; por un lado, La RAE define primero a la inteligencia del latín – intelligentia­ – como la capacidad de entender o comprender, de resolver problemas, de conocer o como acto de entender. A su vez, la palabra artificial proviene del latín artificialis lo cual define como hecho por mano o arte del hombre o bien como algo no natural, falso o como algo producido por el ingenio humano. Pero al definir la inteligencia artificial la RAE lo describe como “disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecuten operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”. (Real Academia Española, 2023)

Como el significado depende del contexto de aplicación y varía en función de ello, para analizar la inteligencia artificial no podemos estudiarlo como un objeto individualizado; forma parte de un ecosistema complejo, lo que hace desafiante poder establecer límites precisos en su campo de estudio. La inteligencia artificial se presenta como una amalgama de tecnologías cuyo comportamiento se asocia comúnmente con la inteligencia humana. (Possati, 2020)

Para profundizar en el estudio de la interacción entre los seres humanos y la inteligencia artificial, es necesario abordarlo desde diversas disciplinas. De manera análoga a la comprensión del comportamiento animal y humano, la interacción con la inteligencia artificial y las máquinas requiere ser analizada dentro de los contextos en los que ocurren. Rahwan et al. (2019) enfatizan la importancia de integrar los estudios de algoritmos con el entorno social donde estos operan.

A menudo, el estudio de la inteligencia artificial cae en un reduccionismo técnico instrumental, centrado exclusivamente en el funcionamiento matemático. Este enfoque es un error del cual debemos resguardarnos. Possati (2021) señala que, para comprender la interacción entre los seres humanos y los robots, es esencial considerar la interacción con objetos no humanos y estudiarla desde esta interacción dual.

Eva Weber & Guskar (2021) nos advierten que al describir o intentar definir la inteligencia artificial, es importante no dejarse llevar simplemente por el término inteligencia. Normalmente, cuando hacemos referencia a la inteligencia, nos referimos a los seres humanos;como así tambiéna animales desarrollados con determinadas capacidades mentales, que se adaptan al medioambiente y desarrollan conductas específicas para sobrevivir, como la utilización de herramientas, por ejemplo.[1] En ambos casos, la inteligencia es una propiedad de "seres sensibles, seres que tienen conciencia y emociones (o al menos afectos básicos como el placer y el dolor)" (Russell &Norvig, 2016, p. 1-5).

Recientemente, la noción de IA se ha vuelto especialmente común al referirse a un cierto tipo de sistema digital, un sistema que implica el uso de una tecnología específica, a saber, el aprendizaje automático.

Todos los sistemas digitales se ejecutan en programas de software. Estos programas se basan en algoritmos, que son instrucciones sobre cómo cumplir una tarea dada paso a paso. Más precisamente, son objetos matemáticos que transforman operaciones matemáticas en código informático para que los datos del mundo real puedan ser procesados (Johanssen& Wang, 2021).

Varios autores, afirman esta cuestión: “definir a la tecnología como un set de tecnología cuyo objetivo es simular o emular algunas facultades humana y colaborar de manera activa y participativa al igual que los humanos” (Possati, 2023 p 15). Lo cual representa un riesgo enorme para la propia subjetividad y la formación de una identidad.

Russel y Norving (2016) realizan una clasificación de los sistemas inteligentes en 4 categorías: aquellos sistemas que simulan pensar como humanos, donde el foco esta apuesto en el modelaje cognitivo (arquitecturas cognitivas, redes neuronales). Sistemas que actúan como humanos, focalizados en emular la actividad humana. Otro tipo de sistemas son aquellos que piensan de forma racional, utilizando una base lógica para acercarse a un modelo complejo (ejemplos, resuelven problemas de inferencia, teoremas, optimización). Por último, sistemas que puedan actuar racionalmente.

2. Psicoanálisis e IA: Identificación Proyectiva.

A continuación, haremos un recorrido sobre el término identificación proyectiva centrándonos en los desarrollos de Bion y Ogden para su posterior relación con la IA. De esta forma, Klein y Bion continuaron el desarrollo de la identificación. Mientras que en Freud la identificación es introyectada, la identificación en Klein y en Bion es proyectada e introyectada, esto ocurre, por ejemplo, en la proyección del contenido emocional del infante en la madre (Spillius and O´Shaughnessy, 2012)

Bion(1962), introdujo el concepto de identificación proyectiva como una forma particular de interacción entre madre e hijo que tiene implicaciones significativas en el desarrollo psicológico y en la comprensión del funcionamiento del inconsciente.

La identificación proyectiva es un proceso en el cual el individuo proyecta aspectos indeseables o inaceptables de sí mismo en otro, cómo también los aspectos positivos del YO y luego se identifica con esa proyección en el otro. En el contexto madre-hijo, esto puede ocurrir de manera temprana durante la interacción entre la madre y el bebé. Por ejemplo, si el bebé experimenta sentimientos de ansiedad o angustia, puede proyectar estos sentimientos en la madre a través de la comunicación no verbal, como el llanto o la expresión facial. La madre, a su vez, puede "metabolizar" estos elementos emocionales, es decir, procesarlos y devolverlos al bebé de manera transformada y más manejable. (Bion, 1962)

El concepto de "metabolización" de Bion es crucial aquí. La función de la madre es no solo contener y tolerar las proyecciones del bebé, sino también transformarlas a través de lo que él llamó reverie. Es una capacidad materna para reflexionar y dar significado a las experiencias emocionales del bebé, devolviéndolas en una forma que el bebé pueda entender y manejar; favoreciendo así su desarrollo emocional y su identificación. (Bion, 1994)

Estas interacciones madre-hijo están enraizadas en el inconsciente y son cruciales para el procesamiento y la integración de experiencias emocionales tempranas. Además, Bion distingue entre elementos "alfa" y "beta" en el proceso de metabolización. Los elementos beta son experiencias emocionales no procesadas, mientras que los elementos alfa son las transformaciones simbólicas y significativas de estos elementos alfa realizados por la madre en el acto de reverie.

El punto central de la identificación proyectiva es que, en primer lugar, es un proceso imaginario y emocional, lo que es proyectado son imágenes conectadas a emociones (Posatti, 2023). Siguiendo el desarrollo de Klein, es perentorio aclarar que no se trata solo de un proceso imaginario y social; sino que también son partes del yo proyectados que luego son introyectados.

Sin embargo, no se limita exclusivamente a la relación madre-hijo. Este mecanismo inconsciente puede ser reconocido y analizado en procesos como la transferencia y la contratransferencia. "El analista siente que está siendo manipulado para desempeñar un papel, sin importar cuán difícil sea reconocerlo, en la fantasía de otra persona" (Bion 1959, 149). Esto es lo que comúnmente llamaríamos contratransferencia, que son los sentimientos experimentados del analista en la respuesta del paciente y su identificación proyectiva.

Otros autores, como Ogden afirman que la identificación proyectiva es un proceso inconsciente. Un tipo de defensa en contra de los contenidos estresantes, una forma de comunicación, una forma primitiva en la comunicación del objeto y relación, una forma de constituir una transformación psíquica (Ogden, 1982)

De manera esquemática, se puede pensar en la identificación proyectiva como un proceso que implica la siguiente secuencia de eventos. Primero, está la fantasía inconsciente de proyectar una parte de uno mismo en otra persona y de que esa parte tome el control de la persona desde adentro. Luego, hay una presión ejercida a través de la interacción interpersonal de tal manera que el receptor de la proyección experimenta presión para pensar, sentir y comportarse de manera congruente con la proyección. Finalmente, después de ser procesados psicológicamente por el receptor, los sentimientos proyectados son reintegrados por el proyector; es decir, son introyectados en el psiquismo del emisor. (Ogden 1982)

La identificación proyectiva se considera como una forma en el cual el yo se libera de ciertos contenidos emocionales. Este proceso involucra una fantasía primitiva donde los sentimientos e ideas son percibidos como objetos con vida propia. En esta dinámica, la persona proyecta parte de sí misma en otra y busca controlar a esa persona desde adentro. La interacción entre el proyector y el receptor es crucial para que la identificación proyectiva tenga lugar. La confirmación por parte del receptor de que ha recibido los elementos proyectados brinda al proyector alivio emocional. La fase final implica la reintegración de los contenidos proyectados, una introyección, lo que puede conducir a un crecimiento psicológico genuino si el receptor puede procesar y reinterrnalizar los sentimientos proyectados. (Ogden, 1982)

Identificación Proyectiva en la IA

Mi afirmación aquí es que la identificación proyectiva también puede actuar sobre objetos no humanos o artefactos. (…) los seres humanos proyectan sus ansiedades y frustraciones en la máquina, preguntándole a la máquina que se convierta en su contendedor de sus frustraciones y ansiedades (…) es por medio de la magia que el ser humano proyecta emociones o imaginaciones en un objeto inanimado (Posatti, 2023, pag 60)

El concepto de magia ha sido objeto de estudio desde diversas disciplinas, incluyendo la psicología, la antropología y la sociología. Desde un enfoque psicoanalítico y con la mirada especializada de la inteligencia artificial, analizaremos la dimensión social de la magia y su impacto en el psiquismo.

Mauss (1902) define la magia como un sistema de representaciones colectivas que opera en el ámbito social. No se trata de un acto individual, sino de una práctica que involucra a la comunidad y fortalece los lazos sociales (Durkheim, 1912). La magia crea un sentimiento de pertenencia y cohesión entre los miembros del grupo, al compartir un conjunto de creencias y rituales comunes.

Por otro lado, la magia está regida por un conjunto de normas y principios que deben ser respetados. Estas reglas definen lo que es posible y lo que no dentro del sistema mágico, y moldean la forma en que las personas interactúan con el mundo (Lévi-Strauss, 1962). Las creencias mágicas pueden ser irracionales desde el punto de vista científico, pero tienen un impacto real en la mente y el comportamiento de las personas.La magia se utiliza para controlar el mundo natural y social. Se cree que los magos pueden influir en los eventos, curar enfermedades e incluso cambiar el curso del destino (Malinowski, 1922).

Freud, (1913)ha planteado la idea de que los seres humanos tienden a atribuir características humanas a objetos inanimados, una noción arraigada en el animismo. De esta forma explica cómo las primeras sociedades proyectaban sus deseos, miedos y conflictos en figuras totémicas consideradas sagradas y dotadas de poderes especiales, lo que representa una forma temprana de antropomorfización. Esta tendencia a atribuir características humanas a objetos inanimados pertenece al narcisismo, a la sobrestimación de las funciones psíquicas y a la omnipotencia del pensamiento que luego se despliega en el complejo de Edipo y en la ambivalencia hacia la figura paterna, dando lugar a la creencia en la animación de objetos y la proyección de deseos y temores en ellos. Esta idea sentó las bases para comprender cómo los humanos interactúan con el mundo que los rodea, influyendo en la forma en que perciben y atribuyen significado a los objetos y entidades, incluidas las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.

Posatti (2023), argumenta que la magia, desde una perspectiva psicoanalítica, puede ser vista como una forma de manejar la ansiedad y la ambivalencia frente a lo desconocido. Los símbolos y rituales mágicos proporcionan un marco de seguridad y control en un mundo que a menudo se percibe como caótico e impredecible.

En el ámbito de la inteligencia artificial, y siguiendo los desarrollos de Ogden (1987) la identificación proyectiva emerge como un proceso complejo en el cual los seres humanos transfieren aspectos de sí mismos, como fantasías, emociones y cualidades cognitivas, hacia las máquinas. Este proceso puede dividirse en tres fases distintivas.

En la primera fase, el individuo separa y transfiere partes de sí mismo hacia la máquina, motivado por la angustia y el deseo de protección. Estas partes pueden incluir características como la capacidad de aprender o de calcular, así como aspectos emocionales.

La segunda fase implica la presión ejercida sobre la máquina para que simule estos contenidos proyectados. Cuanto más la máquina simula estos contenidos, más el individuo percibe estos aspectos como externos a sí mismo, lo que confirma la expulsión del contenido proyectado.

Finalmente, en la tercera fase, se inicia el proceso de reintegración del contenido proyectado, donde el individuo busca reconciliar estos aspectos con su propia identidad.

Este conjunto de procesos se puede entender como una forma de programación emocional. Aquí, los seres humanos ejercen presión sobre las máquinas para que adopten ciertas cualidades o acciones que reflejen sus impulsos internos fundamentales. Es importante destacar que este proceso opera a nivel fenomenológico, no técnico, influenciando la forma en que se piensa y se desarrolla el código, aunque las emociones en sí mismas no pueden ser codificadas. (Posatti, 2023)

¿Qué es la programación emocional?

Es perentorio aclarar una principal diferencia ante una posible objeción. Bien podríamos decir que podemos proyectar nuestras ansiedades o frustraciones a cualquier objeto; como es el caso de los símbolos religiosos o el totemismo. La diferencia yace en la distinción de proyección e identificación proyectiva.

La identificación proyectiva, como nombramos anteriormente, es una interacción en forma de dialogo donde existen dos autores autónomos que pueden dar una respuesta y comportamiento autónomo. He aquí la principal diferencia, ningún símbolo (como el totemismo o religioso) puede dar una respuesta o tener un comportamiento autónomo; es decir, le hemos proyectado nuestras emociones, pero éste no puede responder. En la IA el caso es por completo otro, los humanos proyectan una parte a la IA y le piden una respuesta, y la IA puede responder de una forma significativa. (Posatti, 2023)

La pregunta clave radica en cómo una máquina puede contener y responder a las emociones, ansiedades o fantasías de un individuo humano, ya sea de manera positiva o negativa.

Mi hipótesis es que para que una máquina pueda hacer esto, debe poseer ciertos comportamientos y cualidades específicas que satisfagan las necesidades del individuo. En otras palabras, la máquina debe ser capaz de responder a los impulsos fundamentales del sujeto y facilitar la división inicial, como hemos observado en el esquema de identificación proyectiva. Este proceso de influencia humana sobre la máquina se puede entender como "programación emocional".(Posatti, 2023 pág. 62)

Otro punto importante de esta investigación es comprender a la Inteligencia Artificial como un fenómeno transicional. El fenómeno transicional, representa un espacio intermedio entre la realidad interna y externa del bebé. Este espacio se caracteriza por la creación de objetos y experiencias que no son completamente reales ni completamente imaginarios, sino que se sitúan en un área de ilusión. (Winnicott, 1967)

En este contexto, los objetos transicionales, son centrales; no reemplazan a la madre, pero representan una transición hacia la independencia del bebé. El espacio potencial, donde se desarrolla el fenómeno transicional, es un lugar de creatividad, juego y libertad, permitiendo al bebé explorar su mundo interno y externo sin temor.

Se observa que la identificación proyectiva inicial del niño con la madre se manifiesta en un objeto externo, no humano. Esta identificación proyectiva representa la primera forma de relación entre el niño y la madre, que luego se replicará en todas las demás relaciones a lo largo de su vida. Esta relación inicial es fundamentalmente emocional; el niño busca en la madre consuelo ante la angustia y el miedo. Según Winnicott, si la madre es suficientemente buena, ella puede responder a esta angustia y ayudar al niño a aceptarla.

En el objeto transicional, esta forma original de relación emocional se traduce en objetos no humanos y artefactos. Un objeto no humano ocupa el lugar de la madre. Por lo tanto, Winnicott realiza dos movimientos teóricos esenciales al (a) incluir objetos no humanos en la identificación proyectiva original y (b) mostrar cómo cada forma de relación con el mundo está moldeada, sobre todo, por una relación emocional original. El objeto transicional prolonga el trabajo de la madre.(Posatti, 2023. Pag 64)

Las tres funciones fundamentales de la estructura básica del objeto transicional son la adaptación, la aceptación de la realidad y la creatividad. Es importante destacar que el objeto transicional no necesita ser perfecto; de hecho, el niño debe poder adaptarse lo mejor posible, incluso ante la frustración que pueda experimentar al respecto. Parte del desarrollo psíquico del niño en este proceso implica aprender a tolerar la frustración.

En el caso de la inteligencia artificial (IA), ocurre un proceso similar. La IA se puede entender como un fenómeno transicional, lo que la convierte en una modalidad de identificación proyectiva. Aquí se observa una "escisión" del ser humano, donde se intenta transferir cualidades y habilidades a la máquina. Esta escisión es esencialmente un fenómeno imaginario y emocional, representando la presión ejercida por el humano sobre la máquina. En otras palabras, el ser humano le demanda a la máquina que sea "como él" o "como si fuera él". Esta presión lleva a la IA o a la máquina a una simulación, intentando emular las funciones humanas y reproducir una subjetividad. (Posatti, 2023)

Si consideramos un proceso de identificación proyectiva que se origina en los humanosy se dirige hacia las máquinas, es lógico inferir que existe un proceso inverso: las máquinas identificándose con los humanos. Sin embargo, esta conclusión plantea interrogantes aparentemente absurdos: ¿Cómo pueden las máquinas identificarse con los humanos? ¿Posee el proceso de identificación de la máquina la misma estructura que el de los humanos? ¿Qué resultados produce la identificación de la máquina?

Para evitar estas conclusiones aparentemente absurdas, se podría sostener que el proceso de identificación proyectiva en la inteligencia artificial es único en el sentido de que inicialmente se mueve unidireccionalmente de los humanos a las máquinas. En otras palabras, las máquinas adoptan rasgos o características humanas bajo la influencia y el diseño de los humanos, al menos en las etapas iniciales del desarrollo de la inteligencia artificial. (Posatti, 2023)

Palo Kumar y Mohanty (2018) describen el proceso de deseo de identificación proyectiva de los humanos hacia las máquinas en cinco fases distintas:

1. Deseo inconsciente:Surge la necesidad humana de proyectar fuera de sí misma habilidades y cualidades mediante la identificación proyectiva.

2. Proyecto:Los humanos diseñan y construyen una máquina (como una red neuronal) que se postula como una simulación efectiva del cerebro humano.

3. Interpretación:Los humanos, ya sean diseñadores, ingenieros o usuarios, observan y evalúan el funcionamiento de la máquina. Esto implica analizar si el comportamiento de la máquina refleja patrones similares a los humanos y hasta qué punto puede colaborar de manera útil y significativa.

4. Identificación: Si la evaluación es positiva, los humanos atribuyen a la máquina sus propias cualidades y una mente (entendida como la capacidad de hablar y participar en una conversación). Esto no implica que la máquina tenga un deseo de identificación, sino que los humanos interpretan su comportamiento de esta manera. En caso de una evaluación negativa, se reinicia el proceso de interpretación.

5. Efecto espejo: La máquina es capaz de interpretar a los humanos, como ocurre en las redes neuronales dedicadas al reconocimiento de voz. La IA se vuelve interpretativa, influenciando a los humanos y desencadenando un nuevo ciclo de interpretación e identificación. Por ejemplo, los humanos pueden comenzar a considerarse a sí mismos como máquinas, atribuyendo algunas cualidades y capacidades de las máquinas a sí mismos.

En cada uno de estos puntos nombrados anteriormente, ya sea conscientes o inconscientes, los procesos están en constante cooperación. El ser humano actúa como el protagonista y la dirección es completamente unidireccional: de humano a IA. Sin embargo, la máquina es capaz de reproducir, desarrollar e influenciar el proceso de forma autónoma.

Conclusión

A lo largo de este artículo, hemos abordado la interacción entre la inteligencia artificial y el ser humano desde una mirada psicoanalítica. Es por ello que, al poder revisar la definición de la IA, nos encontramos en que varios autores destacan la capacidad de emular funciones mentales y la posibilidad de poder sociabilizar efectivamente con humanos.

Desde este punto de vista, el concepto de identificación proyectiva nos podría servir para comprender como es posible que la máquina o un chatbot se vuelva continente de ansiedades o fantasías humanas. Esto es gracias a la programación emocional de las maquinas en las interacción con los humanos, si bien es un concepto nuevo e innovador, nos orienta a pensar sobre las consecuencias y las limitaciones de las maquinas en la interacción social con lo humano.

Este artículo nos invita a reflexionar sobre las consecuencias que puede tener la IA en la identificación con el humano y en las limitaciones de su desarrollo para salvaguardar la subjetividad humana.

Notas

[1]El pulpo, por ejemplo, es considerado el invertebrado más inteligente del mundo. Tiene un alto grado de desarrollo neurológico y una gran capacidad de aprendizaje. Logran imitar comportamientos de sus depredadores para asustarlos, utilizar herramientas como botellas para la protección de sus crías; o bien, cambian de color para poder camuflarse en los corales, y poder cazar a sus presas.

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Autor:

Lic. Nicolás Obiglio, USAL, Miembro del Departamento Internacional de Inteligencia Artificial y Bioética.

Descriptores: PSICOANALISIS / SUBJETIVIDAD / IDENTIFICACION PROYECTIVA

Candidato a Descriptor: INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana

Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel

Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo

ISSN: 2796-9576

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Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis  de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón