La subjetividad en la era de la tecnología digital
Noviembre 2024 - ISSN 2796-9576
Textos breves

¿Qué ves cuando me ves?

Mariana Barrancos
Mariana Barrancos
Petronila Parente
Petronila Parente

¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves? Cuando la mentira es la verdad

Divididos. La era de la boludez. 1993

Introducción

Este trabajo surgió a partir de ver el musical Querido Evan Hansen, de Steven Levenson. La obra propone las vicisitudes de Evan, un adolescente y su grupo de pares con quienes tiene en común temas de depresión, ansiedad y vacío.

Esta propuesta musical nos invitó a reflexionar sobre el impacto de las redes sociales en el sentimiento de sí del protagonista. Queremos corrernos desde el comienzo, de la tentación de redimir o demonizar las redes y su impacto en nuestras vidas, ya que toda certeza tiende a obturar nuestra capacidad de pensar creativamente. Con este escrito proponemos compartir algunas reflexiones sobre el impacto de la mirada del Otro virtual en el sentimiento de sí y algunos de los desafíos que surgen en nuestra clínica a partir de este tema, invitando a la reflexión.   

Resumen de “Querido Evan Hansen

Este musical narra la historia de Evan, un adolescente ansioso y retraído. Al inicio de la obra vemos a Evan cumpliendo lo que es parte de su tratamiento psiquiátrico, además de la medicación: debe escribir cartas dirigidas a sí mismo, dándose ánimos: “Querido Evan: Hoy va a ser un gran día”. Estas afirmaciones están cargadas de propósitos auspiciosos, muy lejanos al sentir de Evan, quien finalmente escribe sobre su estado real (sin sospechar lo que esa verdad escrita desencadenaría): no siente que sea un gran día, ni que las cosas le vayan bien. La realidad desentona visiblemente con aquello que se supone debe sentir como un ideal externo. Esta discordancia entre expectativas y realidad lo hace sentir triste y fracasado, en la medida en que está lejos de poder lograrlo.

Es a partir de un evento doloroso, el suicidio de un compañero de colegio, que Evan sale de su aislamiento y se ve envuelto en una súbita exposición a través de las redes sociales, que lo empujan a salir de su status quo: pasa de ser un chico aislado, desconocido, ninguneado por algunos, a convertirse en un chico popular.

Sentimiento de sí mismo: su constitución y el impacto de las redes

Esta viñeta nos hizo reflexionar sobre cómo se construye el sentimiento de sí mismo, o lo que se identifica como la autoestima. Para Lustgarten et al. (2023), el sentimiento de sí refiere a el registro valorativo que el sujeto tiene de sí mismo como resultado de la comparación entre la representación de sí y el sistema de valores plasmado en el Ideal”.

Siguiendo a Freud (1914), podemos decir que el sentimiento de sí mismo nace como un “residuo del narcisismo infantil”. El niño es, en el mejor de los casos, investido con el amor parental. Ese amor tierno “no es otra cosa que el narcisismo redivivo de los padres” que le permite al niño sentirse “His majesty the baby”: debe tener mejor suerte que los padres, no estar sometido a necesidades objetivas. “Enfermedad, muerte, renuncia al goce, restricción de la voluntad propia no han de tener vigencia para el niño, las leyes de la naturaleza y la sociedad han de cesar ante él” (Freud: 1914, pag 88). Nos constituimos a partir de la mirada del Otro. Las fallas tempranas en la narcisización del infans pueden dar lugar a déficits en la capacidad para percibirse a sí mismo como valioso. En este estado inicial, el sentimiento de sí “se nos presenta en primer lugar como expresión del grandor del yo” (Freud: 1914, pag, p. 94).

En Introducción del Narcisismo Freud (1914) propone la noción del Ideal del Yo, como un heredero del Narcisismo primario. Ante las críticas de los padres y las limitaciones impuestas por la realidad, el infans deberá aspirar a acercarse, en lo posible, al Ideal del Yo, reservorio de todos los valores y mandatos parentales y culturales. El sujeto se medirá con el Ideal del Yo a través de la autobservación y la conciencia moral. El sentimiento de sí se nutre de la omnipotencia corroborada por la experiencia: cuanto más logramos acercarnos a los ideales de nuestros padres y la sociedad que hemos internalizado en el Ideal del yo, mejora nuestro sentimiento de sí. A la inversa, cuando nos alejamos de éste nuestro sentimiento de sí se rebaja. Estos ideales que incorporamos intra-psíquicamente están afectados también por lo epocal. Por último el sentimiento de sí también puede verse aumentado en la medida en que nos sentimos amados (satisfacción de la libido de objeto), por el contrario disminuye cuando no nos sentimos correspondidos. (Lustgarten et al., 2023)

Este constante movimiento es el que regula la autoestima.

En la obra, Evan percibe la distancia que hay entre su realidad y el ideal. Este contraste le genera una profunda desesperanza. Podemos hipotetizar que su sentimiento de sí se encuentra rebajado, con la consecuente pérdida de autoestima. A partir del suicidio de un compañero de colegio, Evan se encuentra envuelto en un estallido de popularidad en las redes, que impacta mucho en su imagen de sí. En poco tiempo pasa de sentirse deprimido, ansioso, aislado a ser el más popular en su clase y en la comunidad. A partir de una mentira Evan, paulatinamente, va construyendo una verdad sobre sí mismo.

La adolescencia y el sentimiento de sí

La obra muestra cómo las redes le ofrecen un nuevo espejo en donde mirarse: él, un adolescente desesperanzado, a partir de la multiplicación de “likes” y seguidores en las redes pasa a sentirse un adolescente popular, admirado por sus pares. Vemos el rápido giro de “nada a todo”. Podemos pensar que estos likes y las respuestas de todo-nada, amor-odio que proliferan en las redes, tienden a ser totalizadoras y llevan a un ahorro de trabajo psíquico. No hay posibilidad de procesar. En palabras de Recalcati (2003), se interrumpe el juego del Fort-Da: es todo Fort o todo Da, lo que limita, a consecuencia de la escisión, la capacidad de simbolización y representación. Todo se resume en “Ser o no ser” o pulgar para arriba o para abajo. No hay lugar para la duda, todo es vertiginoso: aquí y ahora. Por el contrario el trabajo analítico introduce la duda, la posibilidad de transformar los ideales tanáticos, repetitivos en constructos a ser revisados. En este sentido “La duda es el equivalente de la castración en el registro del pensamiento” (Hornstein, 2020).

Detrás de cada posteo, de cada mensaje, el sujeto puede intuir una mayor o menor adecuación con respecto al ideal, con el consecuente impacto en el sentimiento de sí y la autoestima. Esto se pone en juego en los likes, en el número de seguidores, en la sucesión de imágenes de una vida editada. Quedan escindidos los aspectos que no condicen con ideales de felicidad o completud, todo aquello que nos confronta con la falta.  

Cuando trabajamos psicoanalíticamente procuramos que el paciente pueda mirarse a sí mismo no sólo a partir de los ideales propuestos en las redes, sino que pueda valorizar su propia mirada y, desde ahí, interpelar a las otras.

N.Vinocur (2016) propone que el adolescente busca las redes para “mirarse en espejos que lo sostienen para no desestructurarse (...) Su angustia propia, intra-psíquica, es la que no puede tolerar y son las redes y sus pares a través de ellas, las que le permiten rearmar una nueva identidad” (p. 340).

Muchos adolescentes, igual que Evan, buscan la aprobación de sus pares, depositando en ellos el ideal del yo. En este marco, las redes propician ese arco de tensión entre los ideales que proponen y las presiones del Superyó. En este sentido, Sahovaler de Litvinoff (como se cita en Korenblit, 2016, p. 339) señala: “La pantalla es el hada que se le ofrece con el encanto de su varita pero también puede convertirse en la bruja que lo inquieta y amenaza, dejándolo atrapado o bajo sueño hipnótico”.

Tal vez este sueño hipnótico tiene sintonía con el yo ideal: monolítico, imposible de alcanzar. La fascinación en ciertos ideales de completud que se proponen en las redes, puede aparecer como un intento de máscara que obtura la castración. Por el contrario el ideal del yo tiene la medida de la castración, se tiende a él como aspiración pero no se llega (Gerez Ambertin, 2023).

Pensando la clínica

Como psicoanalistas nos encontramos inmersos en una época atravesada por lo digital de la que no quedamos exentos. Es imposible poner filtros que embellezcan o, en términos psicoanalíticos, desmientan esta realidad.

Consideramos que el impacto de las redes sobre el sentimiento de si está mediado por múltiples factores. Dos aspectos relevantes son las vulnerabilidades debido a fallas en la narcisización temprana y fallas en el lazo social que dejan al sujeto en estado de aislamiento y soledad. El impacto deletéreo de las redes sobre el sentimiento de sí se magnifica cuando los contenidos virtuales se incorporan sin mediar un adecuado procesamiento psíquico. El espacio analítico invita a poner palabras para nombrar lo que puede estar sintiendo, que den sentido y que abran la posibilidad de crear una historia, que es siempre conjetural. En el musical, Evan, va construyendo una trama, una verdad sobre sí mismo en el encuentro con otros, que le permite desasirse de la imagen de sí cuando esta se proyecta tanto grandiosa como insignificante. En este sentido Lustgarten et al. (2023) plantean: “El sentimiento de sí es una construcción ficcional, y como tal puede ser cuestionado”. Puede ser dinámico y mutar a través del tiempo. Finalmente, lo que Evan entiende es que pudo reescribir su historia, su verdad, que a él le da un sentido.

¿Cómo posicionarnos como psicoanalistas? ¿Cómo se genera la pausa, la posibilidad de reflexionar en esta sucesión de imágenes continuas? ¿Cómo plantear la escucha analítica que tiene que ver con la espera? Gerez Ambertin (2023) propone la importancia del espacio analítico para sostener el tiempo de procesamiento psíquico en medio de la inmediatez de las redes. La historización, el trabajo en transferencia, la apuesta pulsional del analista generan un marco que permite empezar a tejer trama.

Bibliografía

Freud, S. ([1914-1916] 1984). Introducción del Narcisismo. En J. Strachey (Ed. & Trad.) Obras completas, 14. 1ª reimp. Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. ([1923-1925] 1984). El Yo y el Ello.En J. Strachey (Ed. & Trad.) Obras completas, 19. 1ª reimp. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.   

GerezAmbertin, M (06/07/2023). Permanencia y cambio. Ser psicoanalista hoy. En: https://www.youtube.com/watch?v=jRyRoS3xqVI

Hornstein, L. (2020). De la idealización a la alienación. En:https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10225256371659699&set=a.10201157933813814&type=3&eid=ARAqeU7HkounVMmxktVnR-zASyMAiYkSxcXDLD6dipcI5E_7uuWOgRI5ThzXkCJikteTHDwVc4rB84yI

Koremblit de Vinacur, N. (2016). Adolescencia y redes sociales. Revista de Psicoanálisis l Tomo LXXIII l No 4

Lustgarten, S,  (2023) El sentimiento de sí. Teoría y clínica del amor propio. Revista de Psicoanálisis. LXXX. 3-4. pp. Revista cuatrimestral • ISSN (versión impresa) 0034-8740 • ISSN (en línea) 2953-4909.

Recalcati, M. (2003). La clínica del vacío. Anorexias, dependencias, psicosis. Buenos Aires. Editorial Síntesis.

Autoras:

Mariana Barrancos, APA

Petronila Parente, APA

Descriptores: ADOLESCENCIA / IDEAL DEL YO / AUTOESTIMA

Candidato a Descriptor: REDES SOCIALES /  SENTIMIENTO DE SÍ

Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana

Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel

Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo

ISSN: 2796-9576

ISSN: 2796-9576

Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis  de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón