"En la fotografía no hay sombras que no
puedan ser iluminadas"-August Sander-.
Las fotos presentan ciertas dimensiones que el nervio óptico capta rápidamente. Luces y sombras entre colores, rostros que nos hablan, innumerables movimientos en un pequeño y silencioso cuadrado. Las imágenes como recurso narrativo nos piden que descubramos qué les dio vida. Anuncian las idas y venidas de la cultura que como un mar turbulento, llevan y traen los vestigios de la transformación. Los retratos desvinculados de las palabras muestran sus ideas, revelando conflictos, penas, alegrías, el sufrimiento de la psique humana.
Cuando tenía 3 o 4 años, solía sentarme silenciosamente a mirar revistas. Estaba dando mis primeros pasos con las letras y estas bellas imágenes no requerían lectura. Era mágico. Una mañana vi "esa imagen": Una niña, corriendo de frente, incomprensiblemente desnuda; a su lado otros niños y soldados también corrían. Al fondo se alzaba una columna de humo gris que parecía esconder en sus profundidades un terrible monstruo. Ella mostraba un dolor y un terror, que nunca podrían pasar desapercibidos.
Fue entonces cuando supe por primera vez que había países "en guerra", "bombas", y que "había gente mala muy lejos que podía hacer mucho daño", como me explicaron mis padres. Hoy pienso, "no tan lejos".
El 8 de junio de 1972, en el pueblo de Trang Bang, Vietnam del Sur, Nick Ut, un fotógrafo de 21 años de Associated Press, inmortalizó una de las imágenes más emblemáticas del siglo XX. La imagen, ganadora del Premio Pullitzer, se titulaba oficialmente "El terror de la guerra", pero fue más conocida por "La niña del Napalm".
Phan Thi Kim Phuc tenía entonces sólo 9 años. Corría por una carretera con el 65% de su cuerpo quemado, sin ropa, porque se la había arrancado para librarse del efecto abrasador del Napalm. Esa foto dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo antibélico.
Ese camino de colores oscuros, no dejó ni tiempo ni espacio para la curiosidad. Era un testimonio brutal de esos acontecimientos históricos y sociales que abandonan toda ética humana.
Nick Ut no tardó en comprender lo que esta imagen y su difusión significaban para el mundo entero: La captación de lo que se quería silenciar, el conocimiento concreto de realidades inimaginables; el punto de partida de la resistencia a tanta destrucción.
Comenzó a realizar una secuencia de fotos, pero a medida que la niña se acercaba, supo que moriría si no la llevaba a un hospital. Lo hizo. Sobrevivió. Como corresponsal de Guerra la vida entre él y su cámara, le enseñaron en aquel instante, que la documentación y su arte no sustituyen al acto de cuidar. Un día se harían amigos, ella le llamaría "tío". Recorrerían el mundo mostrando las legítimas y precisas controversias entre Eros y Thanatos. Serían dos sobrevivientes con un claro mensaje; poner fin a la Guerra, mostrando la dolorosa pero necesaria verdad.
Una niña escapa de la muerte. Un joven la salva y rompe la fatalidad del destino para convertirla en existencia.
Esta niña, ahora mujer, lleva las cicatrices de sus heridas en el cuerpo y las cicatrices que toda guerra deja en el alma, pero ya no corre desnuda. Ahora puede tolerar la foto que primero le arrebató sus sueños, ya que fue utilizada muchas veces para propaganda política. Durante mucho tiempo esa foto la persiguió como un fantasma, en sus palabras: "no la dejaba ir". No fue hasta que Canadá le concedió asilo político en 1992 cuando se sintió inspirada para utilizar su tragedia personal para un bien mayor. Abrazó esa foto, dejando atrás la vergüenza, el miedo y la necesidad de esconderse. Convirtió esa imagen en "un poderoso regalo" para trabajar por la paz y escribió un libro sobre su experiencia. También creó la Kim Foundation International, una organización benéfica que presta ayuda a los niños de la guerra.
Nick Ut sigue cargando su cámara incluso después de haberse jubilado. Sigue creyendo en el poder de la fotografía, su impacto y los efectos que tiene en la sociedad. Cree que aunque los tiempos han cambiado y las imágenes son ahora instantáneas, siguen siendo igual de poderosas. Sin embargo, prefiere hacer las cosas a la antigua usanza, revelando personalmente sus fotos, captando y seleccionando las escenas que muestran autenticidad. Ahora, tras 15 años como fotógrafo de guerra, se fija en los rostros de Hollywood.
Aunque ha pasado el tiempo debo decir que "esa foto”, tampoco “me ha dejado ir", ni como analista, ni como persona con responsabilidades en este mundo.
La pobreza, el racismo, los conflictos bélicos, el cambios climático, han demostrado que algo ha fallado en la forma que tenemos de entender el "cuidado". Pienso en esta foto y su historia como un recordatorio de la conciencia que debemos adquirir en nuestras horas difíciles, la resistencia, al lado oscuro de la naturaleza humana.
A veces me gusta imaginar a ese joven, entrando en el cuarto oscuro, ansioso por poder cumplir su tarea. Esperando el momento mágico de la "revelación" sobre el papel en blanco.
Intrigado por la novedad de lo que surgirá: la esencia de la naturaleza humana. Creo que, en cierto modo, se parece al proceso de análisis. El momento del "insight" único, listo para transmutar y desvelar algo vital relacionado con la vida.
El artista y la fotografía artística están ahí, para ser vistos, para darnos pistas, para descifrar misterios de cómo actuamos, sentimos y pensamos dentro de la cultura.
Quizá nosotros, como Nick Ut, buscamos dar testimonio, resistir, despertar emociones, provocar un cambio, perpetuar la belleza de este mundo que parece haberse dormido y necesita despertar.
Autora:
Valeria Riccheri. APA
Descriptores: IMAGEN / GUERRA / ELABORACION / SIMBOLIZACION
Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana
Directora Honoraria: Mirta Goldstein
Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel
Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón