Introducción
La Revista La época invita en este número a escribir sobre “La subjetividad en la época de la imagen. El papel y las consecuencias de la imagen sobre el psiquismo de nuestro tiempo”.
Me pareció muy interesante esta propuesta que me motivó a presentar el texto. La imagen es uno de los temas que se pueden considerar tan obvio que no es necesario discurrir acerca de ella, pero en el presente texto apunto a destacar su aspecto potenciador sobre el funcionamiento psíquico, enriqueciéndolo y transformándolo. La imagen mental expresa y transmite la forma de visualizar, de pensar, de comprender al otro, los otros, el entorno.
Para abordar esta problemática considero necesario destacar los conceptos de subjetividad e imagen que servirán como brújula para orientarme en mi reflexión acerca del tema.
Objetivo de este texto
Mi planteo gira en torno a la participación de la imagen como constructora del pensamiento y a su intervención como articuladora entre la subjetividad y el mundo externo.
El Diccionario de la Lengua Española define a la imagen como: Figura, representación, semejanza y apariencia de algo; reproducción de la figura de un objeto por la combinación de los rayos de luz que proceden de él; recreación de la realidad a través de elementos imaginarios fundados en una intuición o visión del artista que debe ser descifrada, como “en las monedas en enjambres furiosos”.
Subjetividad
Las ideas de sujeto-subjetividad han sido abordadas por diversos autores llegando a convertirse en objeto de difícil definición teórica. La época actual del predominio de la imagen conduce a la exploración de nuevas formas de conceptualizar estas nociones.
Para Freud el sujeto es esencialmente social, la constitución subjetiva es con el otro. En Psicología de las masas y análisis del yo, plantea que “el otro cuenta con total regularidad como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo” (Freud, 1920, p.). El otro se halla siempre presente en la experiencia de vida del ser humano.
Sartre (1943) en su tesis plantea el ser para-otro como una de las estructuras del ser humano que hace posible el reconocimiento del otro como sujeto. En su concepción le otorga importancia a la mirada que permite que el sujeto sea consciente de su humanidad. La mirada del otro es tratada por Sartre en el ser-para otro. La relación fundamental mi ser-para otro es aquella en que el prójimo no es tomado como objeto de mi conocimiento sino que me es dado como sujeto. Este pensamiento coincide con la conocida frase sartreana “me miran, luego existo”. La mirada reafirma mi identidad hay una necesidad del otro en la construcción de la identidad.
En Lacan (1978) el concepto de sujeto gana estatus. Mientras que para Freud (1920) la noción de sujeto se presenta como deseo, para Lacan el sujeto del inconsciente se ubica en el plano del sujeto de la enunciación, más allá de lo que dice. Hay que situar el inconsciente en la dimensión de una sincronía-en el plano de un ser-, pero en la medida en que éste puede recaer en el plano del sujeto de su enunciación.
En Foucault (2011), su emprendimiento teórico fue la problemática del sujeto. Para comprender la evolución hay que tener presente que se trata de un abordaje histórico de la cuestión de la subjetividad. En oposición a la tradición cartesiana, Foucault sostiene que el sujeto “…no es una sustancia. Es una forma y sobre todo esta forma no es siempre idéntica a sí misma” (Castro, E. (2011). Diccionario Foucault Temas, conceptos y autores, p.). Lo que entiende por “forma” depende de esa no identidad. El problema para Foucault es el problema de la historia de la forma sujeto. Según sus palabras, lo que siempre ha tenido en mente es llevar una “historia del sujeto” o lo que él denomina “modos de subjetividad”. Es necesario tener presente que esta historia del sujeto cambia de estilos, de objetos y de metodología. Foucault (2011) desarrolla una historia de las prácticas en las que el sujeto no aparece como instancia de fundación, sino como efecto de una constitución.
Milmaniene (2014) se ocupa tanto de la génesis del sujeto como de su destino, ya sea sublimado o patológico, ligado a sus orígenes, mandatos y deseos parentales. En su opinión el sujeto “narcisista y apático” de la posmodernidad hace
“un culto idolátrico de las imágenes fetichizadas dado que estas fascinan con los goces especulares que procuran. La sociedad de consumo trata, pues, de subrayar los semblantes y las apariciones de las imágenes dislocadas las cuales, sin un soporte discursivo consistente, alienan a los sujetos en el puro hedonismo de las formas” (Milmaniene, J. (2014). Trazo freudiano las imágenes en el mundo digital, p.).
Analiza la subjetividad con el nombre, la imagen, la palabra, la escritura y las estructuras clínicas.
Aunando las diferentes ideas de los autores acerca de sujeto-subjetividad se puede decir que el sujeto se presenta con el nombre del deseo, inconsciente, originario de las exigencias de la pulsión. Es el que insiste, la repetición que se impone.
Imagen
La innovación tecnológica ha generado una revolución en todos los dominios del mundo contemporáneo transformando las condiciones sociales en las que se construye la subjetividad. El sujeto se halla inmerso en un entorno en el cual la fascinación y la seducción de la imagen ocupan un lugar central.
Cuando se habla de imágenes se habla de la imagen de sí mismo, la de los otros, la del mundo, la visual, la imagen como idea, la imagen que guarda relación con el imaginario tanto en lo social como en lo psicoanalítico (identificación imaginaria), la imagen en el proceso analítico. Son todas imágenes que confluyen en la configuración de la subjetividad. Son configuraciones de las representaciones sobre los sujetos y sus cuerpos, de sus relaciones con los otros y con el ambiente.
Durante años la realización de imágenes estuvo ligada al dominio del arte. En el presente se halla vinculada a la expansión de medios tales como la fotografía, el cine, la TV, la informática. Pensar en los efectos del poder de la imagen implica transformaciones en la construcción de la subjetividad y en la forma en la que los sujetos establecen sus lazos, sus vínculos con el medio.
Autores como Giovanni Sartori (2002, Homo videns: La sociedad teledirigida) postulan que con la TV y luego con Internet el Homo Sapiens, producto de la cultura escrita, se ha ido transformando en un Homo Videns en el que las imágenes cobran mayor sentido que lo escrito o lo hablado. Las palabras son símbolos que evocan representaciones, imágenes. Hay palabras concretas que se refieren a imágenes visibles y palabras abstractas que no se correlacionan con objetos visibles tales como, por ejemplo, libertad, justicia, soberanía. Son conceptos constituidos por procesos mentales que se apoyan en un pensamiento conceptual. Lo que distingue al hombre es su capacidad simbólicaque le posibilita comunicarse mediante signos provistos de significados. “La palabra es el símbolo de las cosas tan indispensable a la actividad mental como la cosa y no tiene una realidad menor que ella” (Wallon, 1965, Del acto al pensamiento, p.).
Diferentes teorías se han consagrado a la imagen una de ellas es la de Jean Piaget (1973) quien, en colaboración con Barbel Inhelder, estudió el desarrollo de la imagen en relación con el inicio del funcionamiento cognoscitivo. A partir de sus investigaciones acerca de las imágenes mentales, señalaron que cuanto más concreto es el pensamiento más probabilidades existen que se recurra a las imágenes mentales. Considera que “la imagen constituye un auxiliar indispensable en el funcionamiento del pensamiento en su dinamismo… incluso, pero con la condición de quedar subordinada a este dinamismo operatorio” (Piaget y Fraisse, La inteligencia. Tratado de Psicología Experimental, pp. 87-141, vol. 7). Junto a Inhelder estudió la imagen mental, que es psicogenéticamente anterior a las operaciones concretas y que subsumen como significantes de los estados de objetos y acontecimientos que le rodean incluyendo el propio cuerpo. Define la imagen mental como una imagen interiorizada, diferida: la primera reproducción del modelo no se hace en la presencia de éste sino en su ausencia. La imitación se aparta de la acción presente y el sujeto se hace capaz de imitar interiormente una serie de modelos dados como imágenes, por esquemas de actos: de esta manera la imitación alcanza los comienzos del nivel de la representación. ¿La imagen representativa es en sí misma el producto interiorizado de la imitación?
Piaget (1945) utiliza el término representación en dos sentidos: en un sentido amplio, la representación es un sistema de conceptos (el concepto es un esquema abstracto) o esquemas mentales, a la que denomina representación conceptual. En un sentido estricto, se trata de la imagen (símbolo concreto) mental o el recuerdo-imagen, es decir, la evocación simbólica de realidades ausentes designando a este tipo representación simbólica o imaginada. La imagen sería un significante y el concepto, un significado. La imagen mental es privada, incumbe al sujeto trocando sus vivencias y sus experiencias y es “por lo que conserva un papel irremplazable al lado de los signos colectivos” (Piaget, 1945, p.).
Pienso al proceso de formación de imágenes mentales como un fenómeno creativo que posibilita la comprensión de sí mismo, del otro y de la realidad circundante. La imagen mental permite crear nuevas imágenes constituyendo la forma superior de representación imaginaria. A esta imagen creadora se la suele llamar fantasía que, además de ser un pensamiento lógico, es imagen. La imagen y los conceptos representan la realidad transformándola de una forma creadora.
En términos piagetianos la imagen mental deriva de la imitación diferida. Es el resultado de los estímulos provenientes del exterior y de las actitudes subjetivas de la persona. En este sentido, la imagen mental presenta un carácter activo y creador, reproduciendo objetos y fenómenos a través de los conocimientos adquiridos. Esta construcción que se lleva a cabo en el sujeto se ha ido conformando a lo largo de su existencia, sobre todo, en los primeros años de la vida a través de los esquemas figurativos que constituyen una parte importante de la representación a través de las imágenes. Piaget e Inhelder (1966) diferencian entre las imágenes reproductivas y las anticipatorias. Las reproductivas, que se forman entre el año y medio y los dos años, se destacan por su función imitativa evocando objetos y hechos percibidos con anterioridad. Más tarde las imágenes tienden a ser móviles y, a partir de los siete u ocho años, se desarrollan las imágenes anticipatorias que pueden representar acontecimientos no percibidos con anterioridad. De esta manera, anticipan las posibles transformaciones que pudieran tener lugar en un objeto o situación. La flexibilidad y el dinamismo de la imagen se convierten en una marca esencial del sujeto. Se destaca el proceso de construcción de imágenes nuevas a partir de las imágenes recuerdo de las personas, objetos y acontecimientos.
Considero que la imagen es una representación que consiste en una transformación potenciadora de la información que asimila el sujeto a través de su accionar. La imagen mental presenta un carácter activo y creador, reproduciendo objetos y fenómenos a través del conocimiento asimilado.
La imagen tiene un carácter subjetivo en todos los momentos por los que atraviesa su desarrollo, desde la imagen mental producto del recuerdo hasta la imagen que proporciona la fotografía, el cine, la TV, en las que hay subjetividad. Se encuentra subjetividad en la imagen creadora de la fantasía. La hay en la representación pictórica. Hay subjetividad en las imágenes que ofrecen en la actualidad los medios que transmiten la información. Sostengo que la imagen es la articuladora del diálogo entre la subjetividad y el medio.
Palabras finales
La imagen es el resultado de un proceso constructivo activo por parte del sujeto y de acuerdo a los progresos de la inteligencia y del pensamiento. La imagen mental opera en ausencia del modelo, con personas, objetos y situaciones lejanos en el espacio y el tiempo y cuya función es representacional. Esta representación es una transformación de los conocimientos asimilados por el sujeto-subjetividad en su accionar con el entorno.
Bibliografía:
- Castro, E. (2011). Diccionario Foucault Temas, conceptos y autores. Editorial Siglo veintiuno, 1ª edición. Buenos Aires.
- -----. (2023). Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/imagen
- Freud, S. (1920). Psicología de las masas y análisis del yo, T. XVIII. Editorial AE. Buenos Aires.
- Lacan, J. (1978). Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Editorial Paidos. Buenos Aires.
- Milmaniene, J. (2014). Trazo freudiano las imágenes en el mundo digital. Editorial Biblos. Buenos Aires.
- Piaget, J. (1961).La formación del símbolo en el niño. Fondo de la cultura económica. México.
- Piaget, J. et Inhelder, B. (1966). L’image mental chezl’enfant. [La imagen mental en el niño]. Editorial Presses Universitaires de France. Francia.
- Piaget, J. e Inhelder, B. (1973). Las imágenes mentales. En Piaget, J. y Fraisse, P. (Comp.). La inteligencia. Tratado de Psicología Experimental. (Pp. 87-141). (Vol.7). (Trad. V. Fischman). Editorial Paidos, (original en francés, 1967). Buenos Aires.
- Sartori, G. (2002).Homo videns: La sociedad teledirigida. Editorial Taurus. España.
- Sartre, J. P. (2004). El ser y la nada. Editorial Losada. Buenos Aires.
- Wallon, H. (1965). Del acto al pensamiento. Editorial Psique. Buenos Aires.
Autora:
Dra. María Cristina Martínez Cipolatti, APA
Descriptores: IMAGEN / SUJETO / SUBJETIVIDAD
Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana
Directora Honoraria: Mirta Goldstein
Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel
Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón