Los desarrollos tecnológicos, así como todos los avances científicos y técnicos de la humanidad, han buscado desde siempre compensar las limitaciones y carencias físicas del homo sapiens. Éste, dotado de un cerebro superior al de otras especies, que desvió más energía a las neuronas que a los bíceps (Harari, 2018), adolecía de la fuerza, velocidad y resistencia física necesarias para enfrentar a los desafíos del medio. Estos condicionantes los fue subsanando a través de desarrollos tecnológicos que le permitieron superar no sólo sus limitaciones para valerse por sí mismo en el medio, sino hacer realidad muchas de las más coloridas fantasías de sus antepasados: volar en aviones a una velocidad superior a cualquier otra especie, trasladarse por los océanos, explorar las profundidades del mar o del espacio, adecuar el clima a sus necesidades, producir objetos adecuados para afrontar los cambios de temperaturas más extremos, armas para defenderse de ataques exteriores, etc.
Como psicoanalistas no podemos soslayar cierta cualidad de estos logros que, si bien algunos pudieron incluso entenderse como omnipotentes, pretenciosos o disparatados, en ningún momento desafiaron una barrera específica del psiquismo: la represión encargada de impedir el vuelco pulsional, la satisfacción inmediata, el pasaje al acto que podría poner en peligro a la especie misma.
Pero … ¿qué sucedería si existiera un dispositivo tecnológico, ya no sólo para compensar carencias o extender los límites, sino que además pudiera meterse en los delicados mecanismos psíquicos y así activar la satisfacción inmediata? Y que esto lo hiciera posible ofreciéndonos estímulos para realizar simples acciones, casi como “juegos” que, a través de permitirnos cancelar la espera incentiven el interés del Ello en la descarga directa. ¿Existe algo así en la actualidad, facilitado por la tecnología digital? No podríamos afirmarlo pero sí podemos describir algunas posibilidades, discutirlas.
Nos interesa sumergirnos en este debate, dejando en claro que no implica una oposición al desarrollo tecnológico y sus resultados, sino que busca abrir interrogantes sobre un punto que entendemos como psicoanalistas, podemos, y se nos impone debatir.
No se trata de enfocarnos en el desarrollo tecnológico en sí, sino en el tipo de procesos psíquicos posiblemente activables por estos desarrollos. Procesos que actúan en el corazón mismo del aparato psíquico, es decir, en el núcleo mismo de la constitución psíquica, y que involucran, modifican o cancelan delicados mecanismos que nos han permitido, precisamente, la supervivencia. Nuestro tiempo pareciera que viene sumergiéndose en un silenciamiento solapado sobre cómo afectamos mucho de lo que nos permitió sobrevivir en el planeta, construir un estar con otros, habitarlo. Como si ya no fuera necesario tal como sucede con la depredación del planeta que está reaccionando con un cambio climático amenazante e ignorado por quienes podrían hacer algo. (Tripcevich Piovano, 2023).
Freud (1940 [1938] ) en el “esquema del psicoanálisis” nos habló de dos procesos del funcionamiento psíquico que a menudo se soslayan. Describió uno al que llamó Proceso Primario, atribuido al Ello, en el que la energía se encuentra en estado móvil, libre y con interés en la descarga de las cantidades de excitación, indiferente a la angustia ya que, si bien la produce, la ignora pues el encargado de percibirla será el Yo. Este Yo es el encargado de modificar la compulsión a la descarga inmediata, pues su contacto con la realidad le ha enseñado el riesgo de admitirla. Nos dice Freud: “Pero una satisfacción pulsional instantánea y sin miramiento alguno, tal como el Ello la exige, con harta frecuencia llevaría a conflictos peligrosos con el mundo exterior y al aniquilamiento. El Ello no conoce prevención alguna por la seguridad de la pervivencia, ninguna angustia; o quizá sería más acertado decir que puede desarrollar, sí, los elementos de sensación de la angustia, pero no valorizarlos.” (Freud, 1940 [1938] pp.199). Esto le permite al Ello manejarse según el Principio del Placer, y ninguna otra instancia psíquica puede cancelarlo, sólo modificarlo.
El Yo, a cargo del Proceso Secundario, tiene por misión “…elevar los decursos del Ello a un nivel dinámico más alto…” (Freud, 1940 [1938], pp. 200) por ejemplo transformar la energía móvil en ligada, como es propio del estado preconsciente, interpolar el pensar entre la exigencia pulsional y la satisfacción, con lo cual el Yo decide si habrá satisfacción o si debe ser desplazada o sofocada por peligrosa. Esto lo hace atento al Principio de Realidad, pues le importa la seguridad, la autoconservación, valiéndose de las señales de angustia que le avisan del riesgo para ambas.
A todo este complejo armado psíquico, los desarrollos posteriores del Psicoanálisis han permitido discernir aún otros dos procesos al menos: Los procesos terciarios (Green, 1972) y el Proceso Originario (Castoriadis-Aulagnier, 1977), que agregan y fortalecen la convicción de un funcionamiento psíquico delicado y complejo.
Hoy nos interesa observar especialmente un fenómeno cuya expresión podemos sintetizar con la frase: “no sé de qué se trata pero lo quiero ya”. Enunciado variable que dibuja una modalidad de funcionamiento psíquico a prevalencia de proceso primario, cuando no originario, pues involucra procesos que apuntan a la descarga, a la inmediatez. Se expresa en sensaciones y emociones (Castoriadis- Aulagnier, 1977), que avanzan a contracorriente del tiempo y del espacio (coordenadas del Yo), y que hallan particular satisfacción en la fugacidad de los intercambios on-line: sean estos en las diversas y variadas redes sociales y sus propuestas de “reacciones” desde el like a “te admito como amigo o te bloqueo con un clik”, al “ expresá lo que pensás en 280 caracteres” (180 en tiktok), o bien “capturá mi atención en los 5 primeros segundos de tu video”, por poner sólo unos ejemplos. Asimismo sucede en las ofertas de plataformas de venta on-line en las que la filosofía del consumo transporta ilusiones de concreción veloz, ya que de pasar rápidamente a otras se trata. Todo de forma inmediata, sin rodeos ni demoras.
A esto hay que agregarle la omnipresencia del algoritmo y la IA (Inteligencia Artificial), que siempre nos ofrecen “respuestas personalizadas” coincidentes con nuestros gustos e intereses. Todo cierra para configurar una realidad-burbuja (Parisier, 2011) que invita al sujeto de nuestros días a dar forma a una confortable realidad narcisística y que lo habilita -entre otras cosas- a la posibilidad de una “satisfacción” pulsional inmediata.
Ya no se trata de volar, trasladarse a mayores velocidades, producir armas para la defensa, sino especialmente de favorecer descargas parciales que deben mantener la ambigüedad necesaria en cuanto a la meta, para proseguir indefinidamente, casi al modo del reflejo. O sea, se trata de activar mecanismos automáticos, sin la interpolación del pensar entre la demanda pulsional y su satisfacción, debilitando así el funcionamiento yoico en sus capacidades de discernimiento y de dirigir la satisfacción acorde a fines.
Y no es que el riesgo de este tipo de funcionamiento estuviera ausente en el pasado; las guerras son un ejemplo de la suspensión transitoria de prohibiciones sobre la descarga pulsional directa. Pero tal vez nunca como ahora la oferta de satisfacción pulsional inmediata esta siempre disponible, a un simple click de distancia. Y aunque a la larga resulte insatisfactoria o confirme su falsedad, nos preocupan las consecuencias de un modo de funcionamiento psíquico riesgoso que parece poder poner en jaque precisamente al proceso secundario, que permitió la civilización misma. Los logros civilizatorios más importantes del homo sapiens.
Pero tampoco podemos dejar de lado otro fenómeno que podría llegar a darse en forma simultánea:
Dado un entorno disruptivo posiblemente traumatogénico (Benyakar y Lezica, 2006) como el descripto, que bombardea al psiquismo en su mismísima estructura, y puede provocar ya no neurosis sino lo que Berardi (2022) llamó psicosis social por la saturación de la infoesfera1, pudiendo llegar a agotar el sistema nervioso humano, declinante ante tantos estímulos, algunos autores como Zukerfeld y Zonis ( 2004, 2006, 2011) denominando a esto Adversidad, señalaron también que puede haber diferentes reacciones del psiquismo que la enfrenta y relacionan desde una perspectiva psicoanalítica, lo disruptivo con sus efectos negativos, pero también con desarrollos salutogénicos.
Sintéticamente señalaron, siguiendo a Green (1972), la existencia de procesos terciarios (que ponen en relación los procesos primarios y secundarios) que implican ya un trabajo de pensamiento ejercitado en los procesos secundarios, y al mismo tiempo están abiertos a los primarios, asegurando así la posibilidad de irrupción creadora.
Y es en este punto, donde a pesar del pesimismo de Berardi (2022), existiría una coincidencia, pues también él afirma que la forma de transformar los efectos desubjetivantes que pueden producirse por la tecnología, será desde la creatividad, el Arte.
Abrir este debate es nuestro objetivo en este número mientras esto está sucediendo y esperamos un rico intercambio de ideas que nos ayude a orientarnos en un mundo que cambia a cada instante.
Notas
- Luciano Floridi (2012), filósofo italiano, define la infoesfera como un ecosistema global de la sociedad de la información, donde se producen interacciones entre seres vivos y máquinas. En este sentido, la infoesfera es un espacio en constante evolución, donde el espacio online y offline confluyen de manera cada vez más indistinguible.
Bibliografía
Benyakar, M. (2006)a “Lo disruptivo”- Buenos Aires. Biblos. (2ª ed.).
Benyakar, M; Lezica, A: ( 2006) “ Lo traumático”. TI y TII. Buenos Aires. Biblos
Berardi; F: (2022) El tercer inconciente. La psicoesfera en la época viral. Bs.As Caja Negra. 1° edición.
Castoriadis -Aulagnier, P: (1977) “ La violencia de la interpretación. Del pictograma al enunciado”. Pcia de Bs As. Amorrortu editores.
Floridi, Luciano (2012): “Por una filosofía de la información” en: Revista Anthropos Huellas Del Conocimiento Nº 214 (pp 44-50).
Freud, S (1940 [1938 ) : “Esquema del Psicoanálisis”. En: OOCC T XXIII. Buenos Aires, Amorrortu. (reimpresión 1991).
Green, A.(1972) “Notas sobre procesos terciarios”. En La metapsicología revisitada. Buenos Aires. Eudeba
Harari, Y.N: (2018) De animales a dioses. Breve historia de la Humanidad. Bs As. Debate. 2018
Parisier, Eli (2011). El filtro burbuja: cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos, Barcelona, Ed. Taurus.
Tripcevich Piovano, G.M. (2023) “Cambio Climático y sus efectos posiblemente traumatogénicos sobre el psiquismo”. Jornadas APA-APSA. 2023
Zukerfeld, R. y Zonis Zukerfeld, R: (2002). Procesos terciarios. Premio Fepal, 2001. Aperturas Psicoanalíticas, 14,2003, disponible en http://www.aperturas.org/autores.php
---------- ( 2005): Procesos terciarios. De la vulnerabilidad a la resiliencia. Buenos Aires. Lugar Editorial.
----------- (2005) Cap. II. “Esperanza y determinismo en la actitud psicoanalítica: Un estudio empírico sobre ciertos prejuicios teóricos. En: Procesos Terciarios: de la vulnerabilidad a la Resiliencia. Buenos Aires, Lugar Editorial
---------- (2006) “Addenda. Vicisitudes de lo traumatico. Vulnerabilidad y Resiliencia”. En Benyakar, M; Lezica, A: ( 2006) “ Lo traumático”. TI y TII. Buenos Aires. Biblos
---------- (2011). Vicisitudes traumáticas, vincularidad y desarrollos resilientes: Un modelo de investigación dimensional. Clínica e Investigación Relacional, 5 (2): 349-369. [ISSN 1988- 2939]. Disponible en http://www.psicoterapiarelacional.es
Autora:
Gladis Mabel Tripcevich Piovano, APA
Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana
Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel
Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo
ISSN: 2796-9576
Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina
Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón