La inmediatez ¿un signo de nuestro tiempo?
diciembre 2024 - ISSN 2796-9576
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Intersecciones con artículos publicados - Comentario al artículo de Norberto Marucco: Proceso analítico e "historización" en Inmediatez de la cultura: contribuciones para un psicoanálisis contemporáneo

Fanny Beatriz Felman
Fanny Beatriz Felman

La posmodernidad caracterizada, especialmente por la entrada en la era digital que estamos transitando, ha provocado una crisis de sentido y orientación en los individuos. Las redes sociales y el acceso a la información en segundos han transformado la manera en que las personas construyen su identidad y se relacionan con su entorno. Este nuevo contexto digital afecta la subjetividad, creando nuevos espacios donde las narrativas personales suelen ser compartidas y reinterpretadas.

En su artículo Marucco plantea la necesidad de articular el psicoanálisis y la cultura en un mundo globalizado y multicultural como el actual, en donde las identidades individuales son moldeadas por múltiples factores culturales y la subjetividad se manifiesta de maneras diversas, de acuerdo a cómo las experiencias, percepciones, y emociones son condicionadas por esos factores sociales, culturales, y tecnológicos.

En su obra "El malestar en la cultura" (1930), S. Freud examina el conflicto inherente entre las pulsiones humanas y las restricciones impuestas por la cultura. Para Freud, la cultura es la "suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre si …” (Freud, 1930:88).
La sociología define a la cultura como el conjunto de valores, creencias, comportamientos, objetos materiales, etc. que caracterizan a una sociedad en particular y que conforman el sistema simbólico que guía la interacción y la comunicación dentro de esa sociedad, por lo cual los individuos tienen que “adaptarse” a las reglas que se imponen para ese grupo social. Freud, en el mismo escrito, plantea que la cultura, para mantener el orden y la cohesión social, debe reprimir las pulsiones más primarias del ser humano, y esta represión genera un malestar psíquico que afecta a los individuos de manera profunda. Se genera así un conflicto entre las necesidades individuales y las demandas sociales.

Es así que el autor se pregunta: “Dadas las demandas provenientes de la cultura (tiempo y dinero, tiempo y eficacia), ¿puede el psicoanálisis desentenderse de ellas? Y si fuera así, ello no estaría ayudando de esta manera a generar lo que convencionalmente se llaman terapias ¿alternativas? Por otro lado, el psicoanálisis ¿no estará, acaso, perdiendo su especificidad en aquellos puntos que lo definen?” 

En la era de la inmediatez, donde la información y las respuestas están a un clic de distancia, el psicoanálisis puede parecer anacrónico. Sin embargo, su enfoque en la introspección y la reflexión profunda es más relevante que nunca e invita a explorar más allá de los síntomas superficiales y a entender las raíces profundas de los conflictos psíquicos y emocionales, ofreciendo un enfoque terapéutico que va más allá de la resolución rápida de problemas.
En este sentido, aunque la cultura de la inmediatez y el psicoanálisis parecen opuestos, podrían complementarse si logran proporcionar un equilibrio entre la gratificación inmediata y la necesidad de una comprensión profunda y duradera de los conflictos intrapsíquicos e intersubjetivos.

Vuelve a preguntarse el autor: “¿O deberíamos reconocer que en esta “inmediatez de la cultura” son problematizados no solo los procesos analíticos, sino en especial son conformadas nuevas subjetividades que, a su vez, determinan las leyes del funcionamiento psíquico ciertamente diferentes a las de principios de siglo.”

Aparece en el escrito el concepto de “procesos analíticos”.
Entendemos por “proceso” al conjunto de dinámicas que ocurren en un análisis, y que se refieren a la técnica que posibilita al paciente descubrir y comprender los contenidos inconscientes que influyen en su comportamiento, pensamientos y emociones, a través de la historización.  El psicoanálisis enfatiza la importancia de contar, historizar y dar sentido a la propia vida, en un “proceso” que implica un diálogo entre la experiencia individual y las influencias culturales.
Este “proceso” incluye métodos como la asociación libre, la interpretación de sueños, el análisis de la transferencia, la identificación de resistencias, etc.
Este tiempo de la inmediatez influye en la relación analítica, los pacientes esperan resultados rápidos, y al no ocurrir esto se intensifica el malestar psíquico por el aumento de la represión y la frustración. Podemos decir que se crean expectativas poco realistas sobre la satisfacción de sus deseos, lo que da por resultado serias dificultades para comprometerse con el “proceso” a largo plazo que requiere el análisis.

Dice el autor: “…las neurosis clásicas determinan la noción de cura analítica a través de un proceso que implica la convocatoria a la actualidad de la neurosis histórica, para que su cura se produzca en
el hecho de la disolución de la neurosis transferencial.”
Justamente una de las dificultades principales en ese compromiso sería el establecimiento de una transferencia de modo duradero.

La cultura actual plantea nuevos desafíos y es preciso, por lo tanto, el estudio de nuevos desenvolvimientos teóricos, técnicos y metodológicos.
Marucco plantea que es desde la profundización y el estudio de la metapsicología cómo se lograría la comprensión de las expresiones de la psicopatología y esto posibilitaría conocer más acerca de las patologías actuales, dice:
“… el estudio de las patologías actuales, lleva a la necesidad de profundizar en el estudio de la metapsicología produciendo: …nuevos desarrollos metapsicológicos que, a su vez, promuevan nuevas características técnicas.”
“Entonces, es la limitación que la clínica impone al concepto de proceso e "historización" que hace crecer el “acto analítico”…”

Se introduce acá el tema del “acto analítico”, que es un momento crucial en el “proceso” terapéutico donde se produce un cambio significativo en el sujeto. Este acto implica una transformación de la posición subjetiva del analizando, ya que se basa en la espera y la maduración de los procesos internos del sujeto, que posibilitan una nueva comprensión de sus síntomas, un cambio en relación a su deseo o una modificación en su forma de vincularse con los otros.

El *acto analítico* en sí mismo no busca integrar la inmediatez con el “proceso analítico”, sino que se centra en un momento de transformación significativa en el paciente, momento en que se revela algo esencial sobre el sujeto, es potencialmente liberador.
El “proceso analítico”, en general, es largo y profundo y el “acto analítico” puede actuar como un catalizador que acelera ciertos aspectos del cambio, lleva a los pacientes a conectar sus experiencias pasadas con su situación presente, creando una integración entre el “proceso de análisis” y la cuestión inmediata.

Podemos decir que, aunque el “acto analítico” no está diseñado específicamente para integrar la inmediatez, puede ofrecer momentos de claridad y avance que satisfacen, en parte, la necesidad de resultados rápidos, mientras se mantiene el compromiso con el “proceso analítico” profundo.

Marucco plantea la posibilidad de que la consecución de los actos analíticos se conviertan en el proceso de un análisis, estimulando en el analizando el interés por su propio funcionamiento psíquico alentando así una transferencia positiva.

Dice: “Esta es mi manera de acercarme a la definición de una cura analítica: una serie de actos analíticos que terminan constituyendo un proceso.” 

“En los secretos no conceptualizados de estos actos analíticos, dentro de los “procesos analíticos peculiares”, estará el potencial de progreso en el Psicoanálisis contemporáneo.”
Considerando al Psicoanálisis contemporáneo como el intervenido por la cultura, se refiere a los procesos como peculiares.
Este potencial, plantea, parte de la formación exhaustiva de los analistas y del estudio de la metapsicología que proporciona elementos para enfrentar hoy las distintas patologías producto de la articulación con la cultura que impone sus exigencias. 

Ahora, el tema es cómo trabajamos con estas patologías actuales que apuntan a zonas no representadas ni palabras que puedan historizar. Estas patologías presentan una especial dificultad para instalar la transferencia, con lo cual no se trata de trabajar como en las neurosis clásicas.

“He aquí una paradoja que conviene enfatizar: Cuando esa historia no existe, cuando no hay palabras que puedan decirla, es condición fundamental instalar un proceso analítico capaz de construir ‘historia’.”

Sugiere poner en juego en el análisis la contratransferencia y la mente del analista en aras de construir historia, establecer un proceso analítico. La dinámica de la transferencia comenzará su intervención, y algo de la patología se moverá como una transferencia, plantea Marucco, apoyándose en la persona del analista.
Probablemente la suma de “actos analíticos” acerquen al analizando la posibilidad de recuperar partes de su historia acallada en el inconsciente, trabajando para que la fuerza de la pulsión encuentre una representación en un movimiento liberador de ese sufrimiento.

Bibliografía

Maruco, Norberto (abril 2005): “Processo analítico e ‘historicização’ no imediatismo da cultura: contribuições para uma psicanálise contemporânea" en: Rev Psiquiatr RS jan/abr 2005;27(1):63-68. https://doi.org/10.1590/S0101-81082005000100008

Freud, Sigmund (1927-1931) El malestar en la cultura, Cap.III. En Obras completas. Buenos Aires. Amorrortu Editores; 1986 

 

Directora: Lic. Meygide de Schargorodsky, Roxana

Secretaria: Dra. Tripcevich Piovano, Gladis Mabel

Colaboradores: Lic. Felman, Fanny Beatriz, Dr. Corra, Gustavo Osvaldo

ISSN: 2796-9576

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Los descriptores han sido adjudicados mediante el uso del Tesauro de Psicoanálisis  de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Presidenta: Dra. Rosa Mirta Goldstein
Vice-Presidente: Lic. Azucena Tramontano
Secretario: Lic. Juan Pinetta
Secretaria Científico: Dr. Marcelo Toyos
Tesorera: Dra. Mirta Noemí Cohen
Vocales: Lic. Laura Escapa, Lic. Jorge Catelli, Lic. Silvia Chamorro, Mag. Perla Frenkel, Lic. Gabriela Hirschl, Lic. Silvia Koval, Lic. Liliana Pedrón